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martes, 3 junio, 2025
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Rendez-vous avec Pol Pot (encuentro con Pol Pot), de Rithy Panh

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 622 / Cine / Festival de Cannes 2024

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[Selección Oficial de la sección Première del Festival de Cannes]

Las imágenes que faltan (images manquantes) o el deber de memoria, cuál es o son las dos, las razones de la nueva película del cineasta camboyano Rithy Panh. 

“Siempre hay y siempre habrá imágenes que falten para reconstruir un acontecimiento. Cualquiera. Y aún más cuando se trata de un genocidio. ‘Deber’ de memoria, no, porque ‘deber’ hace mención de una obligación; es más bien trabajo de memoria, de reconstruir”, nos respondió el director de S21 La máquina roja de matar (2003) en entrevista exclusiva en la Sala de Unifrance del Festival de Cannes.

Rithy Panh ha dedicado su obra cinematográfica a recordar, reconstruir, construir, comprender y explicar la violenta dictadura que sufrió Camboya en la década de 1970, cuando la ideología se quiso aplicar “pura, sin matices. Sin entender que la humanidad tiene más que ideologías, y que llevó a vaciar ciudades para llevar a la población al campo, a trabajar para el bien de la comunidad, negando cualquier posibilidad y derecho a la elección privada”, explicó.

En esta ocasión, decidió permitirse una ficcionalización y adaptación del libro When the war was over: Cambodia and the khmer rouge revolution de la periodista americana Elizabeth Becker, corresponsal del Washington Post durante la guerra Vietnam. El 22 de diciembre de 1978, Malcolm Caldwell, Richard Dudman y ella consiguieron entrevistar a Pol Pot, el Camarada No. 1 del país. Ésta será la primera entrevista que se les otorgará a periodistas americanos no comunistas.

Panh pone en escena esa primera entrevista, a esos tres periodistas interpretados por Irène Jacob, Grégoire Colin y Cyril Guei: la primera en un rol de comprometida neutral con la información en ésa tan importante misión de visitar al país “liberado” del capitalismo; el segundo, un amigo de Pol Pot y comunista convencido del proyecto, aunque pronto desilusionado de la “pureza” de su aplicación; y el tercero, el fotógrafo que debería de ilustrar el viaje, pero que, al ver, vio lo que pasaba.

Rithy Panh, director de Rendez-vous avec Pol Pot.

Y para que no todo fuera ficción, la película se rodó en una pista de avión en Camboya que fue testigo de miles de muertes, porque hacía tanto calor y la gente quedaba tan a la intemperie, que fácilmente moría, aunque se podía morir hasta por ser un “hombre de lentes” -intelectuales- que sólo eran muestras vivas y pruebas de las diferencias de clases, de unos que no hacen y otros -los obreros y campesinos- que sí hacen.

Panh utilizó además del libro, imágenes de su propio archivo de carretes y fotografías que ha ido recolectando desde años y que ha organizado con acceso libre a todas las personas, porque la investigación desde la imagen es elemental para ver esas famosas imágenes faltantes. Y porque las ideologías no se pintan solas, sino que necesitan verse. Por eso, el cierre de la cinta, en ese debate de ideas entre el periodista comprometido y el No. 1 es la escena favorita de Panh.

 

 

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