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jueves, 28 marzo, 2024
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El Mirador de Heródoto Decide UAZ no a la huelga; avanza hacia la auténtica transformación

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

La educación no es una entre otras políticas del Estado, puesto que su objetivo es el desarrollo del ser humano, tiene un rango y una preeminencia especial… La realidad es mucho más compleja y los cambios que necesitan darse en nuestro sistema educativo son profundos y requieren de un cuidadoso análisis.
Sebastián Guevara y Paul Moch
Animal Político, dic. 2018

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Como ya lo he mencionado antes en este espacio, la autonomía es un logro de las universidades ganado a fuerza de lucha por ejercer su naturaleza y su libertad de cátedra para promover una conciencia de independencia con responsabilidades ante las necesidades de la sociedad.

Los componentes de la institución llamada universidad son los alumnos (la esencia del ser de una instancia educativa), los docentes y los administrativos. En coordinación con las instancias gubernamentales, las universidades elaborarán planes de desarrollo para crear planes de estudio o programas de preparación, llámense carreras o profesiones. Los docentes y administrativos, a su vez, se organizarán en colegios, grupos académicos, sindicatos, etcétera, a bien de promover una mejor organización para el desarrollo del trabajo. Todo el engranaje constituye el universo donde se ejerce la autonomía.

Retomando el concepto de Humberto Muñoz García, doctor en Sociología por la Universidad de Texas en Austin y titular del Instituto de Investigaciones Sociales UNAM, cito un fragmento de su artículo La autonomía universitaria. Una perspectiva política: “La autonomía universitaria es la que brinda la posibilidad de ejercer la reflexión y la crítica, para que la universidad sea el espacio libre en el que se produzca y trasmita el conocimiento. Concede a las casas de estudio el derecho de autogobernarse, de construir un gobierno propio y normas que regulen los juegos de poder de sus actores, así como tener una vida política interna estructurada. La autonomía, además, constituye un elemento de identidad y de convocatoria a la unidad de los universitarios”.

Tomo la última expresión de la cita para sintetizar la crónica de lo sucedido este 19 de febrero, día del plebiscito para determinar si la organización del Sindicato del Personal Académico de la UAZ (SPAUAZ) lidereado por Pedro Martínez Arteaga, determinaba si se iban a huelga o no. El análisis de las causas corresponde a otros artículos que comentaré más adelante en este espacio. Para mí, la esencia de este evento lo significó que de 2,923 docentes afiliados al SPAUAZ, 1732 se presentaron para emitir su voto; la unidad se hizo presente y la identidad de manifestar su derecho a determinar el rumbo de nuestra UAZ. Eso es lo importante.

Con el nuevo Gobierno Federal y las intenciones de promover la transformación en el sistema educativo mexicano, las universidades públicas, sobre todo las autónomas, tienen que poner de manifiesto sus capacidades de crear planes y programas actuales a las necesidades del país para lograr una verdadera y efectiva integración de la cultura científica y tecnológica con las áreas humanísticas; recordemos que en los últimos años nuestros planes de desarrollo universitario en la UAZ siempre han buscado dotar de valores humanos y ética a las ciencias básicas o tecnológicas.

El cambio de nuestra Amadísima está en nuestras manos y la tarea no será ni fácil ni rápida, ya que implica reformar el marco jurídico de muchos documentos establecidos, de muchas instancias oficiales de política educativa y de carácter legal.

Tenemos muchas cualidades que posibilitan la transformación: preparación, dedicación, interés por lo que hacemos, y otras que debemos implementar o acrecentar: superación personal, interés por el trabajo en equipo, espíritu de unidad, identidad y pasión por lo que hacemos.

En ese afán de reflexión, permítaseme recordar aquella clásica melodía de Juan Manuel Serrat, Canción infantil:
“Y bueno, pues,/ un día más/ que se va colando/ de contrabando./ Y bueno, pues,/ adiós a ayer/ y cada uno/ a lo que hay que hacer./ Tú, enciende el sol./ Tú, tiñe el mar,/ y tú, descorre el velo/ que oscurece el cielo,/ y tú, ve a blanquear/ la espuma y la nube,/ la nieve y la lana,/ y tú, conmigo a cantar la mañana./ Tú, a dibujar/ el trigo y la flor./ Tú, haces de viento,/ dales movimiento/ y tú les das color./ Tú, amasa los montes./ Tú, al pozo a baldear/ y tú, conmigo y el gallo a cantar…/ Que hay que empezar/ un día más./ Tire pa’lante/ que empujan atrás…”.

Se avecinan tiempos de cambios, y los cambios sobre todo los de comportamientos no son indoloros, siempre habrá que reducir las amenazas laborales y eso solo se hará con políticas públicas, leyes y reglamentos que impulsen tanto el desarrollo de los conocimientos, como de las capacidades necesarias para que nuestros jóvenes aprendan, se concienticen y se inserten exitosamente en el ámbito social de donde provienen, pero ahora regresando con creatividad y con la seguridad de que son actores del cambio para un mejor Zacatecas y México; y por qué no decirlo, para una mejor humanidad mundial.

Está en nuestras manos crear mejores espacios para promover la docencia encaminada a las realidades, pero sin dejar de lado la formación de una identidad nacional. Aludiendo al mensaje del rector Antonio Guzmán Fernández, “Hoy por la UAZ”… Tire pa’lante, que empujan atrás.

Así se observa el mundo desde el Mirador de Heródoto.

*Cronista de la UAZ.
[email protected]
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