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jueves, 28 marzo, 2024
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El recorrido del Capitán Calleja en un edificio anterior a la Conquista por el poblado de Villanueva

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Por: XÓCHITL HERNÁNDEZ NORIEGA •

La Gualdra 498 / Arqueología e Historia / Ollin: Memoria en movimiento

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Años antes de que se llevara a cabo el sueño por el cual se suspiraba, cuando se sentía el peso enorme de la opresión de Castilla, al cual se le llamó movimiento de Independencia de México, llegó desde Medina del Campo, España, el Conde de Calderón España, Félix María Calleja del Rey en el año de 1789. 

Félix María Calleja del Rey se caracterizaba por poseer conocimientos que lo posicionaban como un jefe, tenía un carácter feroz y sanguinario que demostraba en cada lucha, por lo tanto, se respetaban y acataban sus órdenes como si del mismo virrey se tratara. Su arribo a la Nueva España, obedecía el salvaguardar los intereses de la corona española de los enemigos, de ahí que el 12 de mayo de 1790 saliera de la Ciudad de México hacia la frontera de Colotlán y la provincia de Nayarit para realizar una revisión y examen de las Compañías de Dragones de Milicias.

Durante el trayecto hacia dichas provincias, elaboró un informe donde narró los poblados que fue encontrando a su paso; entre ellos menciona a los pueblos de 

Tula, Hacienda Arroyo Seco y San Juan del Río, las ciudades de Querétaro, Celaya y Guanajuato, las congregaciones de Irapuato, Villas de Salamanca y León. Posteriormente, al llegar al reino de Nueva Galicia, continúa su trayecto por Villa de Lagos y Aguas Calientes, Huejúcar, Nochistlán, Juchipila, pueblo de Jalpa y Tabasco, hasta que llega al poblado de Villanueva un 13 de junio de 1790; luego continuó hacia la Villa de Jerez, Real de Fresnillo, Tlaltenango, pueblo de Santa Catarina, San Andrés, San Nicolás, Huejuquilla, Mezquitic, Hacienda de Valparaíso, Sombrerete y Chalchihuites, por mencionar algunos.

En su estadía en el poblado de Villanueva, para la revisión de la Compañía de Dragones de Milicias, realizó una minuciosa descripción de dicho pueblo y señaló que se situaba en un pequeño valle, indicando que la suma de los moradores abarcaba las 4500 personas y que algunas de ellas se dedicaban al campo. Igualmente infirió que se trataba de un pueblo pobre con una mala ordenanza de calles, así como que se encontraba rodeado de abundantes haciendas productoras. Posteriormente, los días 15 y 16 de junio de 1790, realizó la examinación de un edificio anterior a la conquista, situado al norte del pueblo de Villanueva, sobre tres cerros unidos circundados por una muralla.

La descripción puntual que realizó el capitán Calleja sobre las hoy conocidas ruinas de La Quemada, infiere la posesión de un amplio conocimiento, pues destacó la arquitectura, el sistema constructivo, orientaciones y dimensiones; así como la relación de la construcción de las ruinas con el peregrinaje que realizaron los mexicanos hacia el norte.

La narración consiste en una descripción general de las ruinas resaltando que se trataba de una ciudadela que se encontraba rodeada por una muralla de seis pies de espesor y dos leguas y media de perímetro, construida a base de piedra cortada en forma de láminas unidas con una argamasa de tierra blanca mezclada con paja. 

Mencionó también la existencia de pirámides, que tenían una forma cuadrangular con un diámetro de diez varas de lado y dieciséis de alto que se adaptaban al terreno y servían para la defensa. Asimismo, percibió cuatro calzadas que se dirigían hacia este y suroeste por el valle, donde cada una terminaba en un torreón. Destacó que por el ascenso sur se encontraban dos plazas mayores que formaban dos grandes edificios, uno de ellos se situaba inmediato y poseía dimensiones de treinta y cinco varas de largo por dieciocho varas de ancho; al respecto, Calleja señala que “[…] sus paredes corre paralela á ellas una linea de columnas circulares de cinco quartas de diametro, y ocho varas de altura, sobre ellas y las paredes estrivan las maderas que cubrian la Galeria quedando descubierto el patio de en medio…”.

De igual manera alude al otro gran edificio que formaba una pirámide con una espaciosa gradería en la parte frontal. En uno de los costados se hallaba una cueva, de la que salían fuertes corrientes de aire y que según los pobladores se envolvía en misticismo. Pero según el capitán Calleja se trataba de un subterráneo, al cual ingresó a realizar una inspección, y solo encontró vigas de cedro que cubrían una cañería, añadiendo: “… entonces averigue por los Naturales que hace mui poco tiempo que han quitado de la Techumbre de estos edificios las ultimas vigas de la misma madera…”

La descripción realizada por Félix María Calleja es la primera elaborada de manera detallada, ya que anteriores como las de Torquemada y Clavijero solo hicieron menciones de la existencia del lugar. Asimismo, por su formación utiliza conceptos que relaciona con espacios basándose en la arquitectura militarista occidental, razón por la cual hace referencia a la presencia de murallas, ciudadelas y torreones, considerando de manera implícita a este lugar como un asentamiento defensivo.

Sin duda alguna, las interesantes observaciones que realizó Calleja dejan un importante testimonio de las condiciones en que se encontraban las ruinas, lo cual permite en la actualidad comprender estos espacios arquitectónicos. 

* Proyecto de Conservación y Mantenimiento de la Zona de Monumentos Arqueológicos La Quemada, INAH Zacatecas.

José Perovani. Retrato del Virrey Félix María Calleja. 1815. Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec.
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