La Gualdra 482 / Décimo Aniversario
La casa era conocida entre la familia como “Cadena”, por la calle en que se encuentra. La casa está en los límites del Estado de México, y el, entonces, Distrito Federal. La casa era el cielo. En sus barandales nos sentábamos a contar cuántos automóviles transitaban por la avenida Texcoco. Cada jugador elegía un color. El que más se repitiera con el paso de los autos ganaba. La casa era el refugio: en 1985, en el sismo de la noche del 20 de septiembre, mientras jugábamos en la calle, al sentir el movimiento telúrico lo primero que hicimos fue correr hacia el inmueble; torpes, sí, pero ahí estaba la familia, nuestras madres: la seguridad. La casa era el lugar de encuentro, por eso no era extraño encontrar cada tarde a algunos chicos de nuestra edad compartiendo juegos de mesa y carritos. La casa era un laberinto y era una gran casa: podían comunicarse todas las habitaciones por puertas o taparlas y hacer salir de la nada diez apartamentos. La casa estaba a diez metros de la frontera con la capital mexicana y a poco más de diez kilómetros del Zócalo. La casa está aún en el número 10 de la calle Cadena, y ahí pasé mi infancia.
* Estado de México / Zacatecas.