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viernes, 19 abril, 2024
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Ella entró por la ventana del baño, de Élmer Mendoza

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Por: Miguel Ángel De Ávila González •

La Gualdra 481 / Libros

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La novela que adopta al narcotráfico como tema ha prosperados desde que Felipe Calderón unilateralmente, para legitimarse, sin consultar a nadie, le declaró la guerra en 2006. La violencia, el olor a pólvora, la sangre, las complicidades entre el crimen a gran escala y el poder político son materiales con los que se puede montar cualquier argumento.

No hay nada que inventar. La realidad provee el material necesario y suficiente. De modo que el narcotráfico ha ocupado la novela con la misma determinación con la que se ha instalado en las preferencias de los lectores México. Se diría que es un asunto ineludible para los narradores que se sienten atraídos por la historia inmediata.

Anteriormente se consideraba al policiaco como un género menor, pero ahora se ha instalado como favorito, porque se trata de un género social y es un registro muy aproximado de la realidad.

Indudablemente el escritor sinaloense Élmer Mendoza ha llevado este género a su máxima expresión. En su más reciente (la sexta) novela Ella entró por la ventana del baño, irrumpe de nueva cuenta el Zurdo Mendieta, encarnación del policía que se mueve con gran habilidad lo mismo en el mundo de la ley que en el del crimen organizado.

En esta novela se construyen escenarios donde resulta difícil distinguir la naturaleza de los actos humanos. Habremos de recordar que en Besar al detective (2016) le salvó la vida -cargándola en sus brazos- a Samantha Valdés; es así que en esta historia nuevamente vuelve a echar mano del Cártel del Pacífico por su conducto, porque en este caso concreto coinciden en sus propósitos.

Ella entró por la ventana del baño es una historia que combina la violenta caza de un Sebastián Salcido, alias el Siciliano, narcotraficante asesino, con una historia de amor, deseo y nostalgia.

El empresario Ricardo Favela, de 86 años de edad, en su lecho de muerte, con una enfermedad terminal, le pide al Zurdo Mendieta que localice a una mujer enigmática con la que tuvo una intensa historia de amor hace ya veinte años y de la que no sabe ni su nombre.

En paralelo, Mendieta tendrá que enfrentarse a un narcotraficante, mencionado, que nada más hubo salido de la cárcel asesina al comisario de la policía que logró encarcelarlo.

La narración nos muestra los extremadamente violentos enfrentamientos y acciones que deben producirse para poder detener a alguien que no duda en acribillar a sus adversarios.

La ferocidad de los enfrentamientos armados es de tal magnitud, que muchos inocentes mueren (son los inevitables daños colaterales que en el momento oportuno anticipó Felipe Calderón), incluso a los heridos les dan el tiro de gracia.

Élmer Mendoza concretiza una narración en la que pasaremos del amor al odio, de la pasión a la violencia asesina, en un juego que engancha; parece imposible que en medio de una situación tan dañada, se puedan dar grandes historias de amor, entre la violencia y la muerte.

Es una estupenda novela que trata del amor y la muerte en sus extremos más ardientes. El detective tendrá que navegar entre las más tormentosas pasiones humanas, para intentar que las mismas no devoren el mundo. Todo esto combinado con el horror, el amor y el humor negro.

Ella entró por la ventana del baño es una novela que puede servir para volver a preguntarnos qué tanto depende la literatura de la realidad inmediata y, sobre todo, los vínculos entre el deseo de contar historias y la fascinación por la violencia.

 

 

* * *

Élmer Mendoza, Ella entró por la ventana del baño, primera edición, Alfaguara, México, 2021.

 

 

 

Élmer Mendoza

“Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 1949) es catedrático de literatura en la Universidad Autónoma de Sinaloa, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio de Sinaloa. Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Es un apasionado formador de novelistas y un comprometido promotor de la lectura. De 1978 a 1995 publicó cinco volúmenes de cuentos y dos de crónicas, y en 1999 su primera novela, Un asesino solitario (Tusquets, 1999), que de inmediato lo situó, a juicio del crítico mexicano Federico Campbell, como «el primer narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico en nuestro país». Con El amante de Janis Joplin (Tusquets, 2001) obtuvo el XVII Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares y con Efecto Tequila (Tusquets, 2004) fue finalista en 2005 del Premio Dashiell Hammett.

En 2006 apareció su cuarta novela, Cóbraselo caro (Tusquets, 2005), y en 2008, Balas de plata (Tusquets, 2008), merecedora por unanimidad del III Premio Tusquets Editores de Novela, que lo consagró como escritor de primera fila en el panorama de la novela hispánica. Después La prueba del ácido, publicada en 2010, Nombre de perro, en 2012 (ambas por Tusquets), Besar al detective (Literatura Random House, 2015) y Asesinato en el parque Sinaloa fueron protagonizadas por el detective Edgar «el Zurdo» Mendieta, del cual continúa la saga. Élmer Mendoza retrata en la saga un país de la mano del singular detective que ha traspasado fronteras y es conocido ya en diez idiomas. Su novela No todos los besos son iguales, es juvenil y fue publicada en 2019 por Alfaguara”.

 

VF AGENCIA LITERARIA

https://www.vfagencialiteraria.com/elmer-mendoza

 

 

 

 

 

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