Al día de hoy han sido muchas las voces que, en público o desde lo privado, han manifestado su desconcierto, su decepción, ante la conducta inadecuada de la que todos hemos sido testigos por parte de algunos candidatos cuyo papel ha sido puesto en entredicho ante la opinión pública, y con justa razón.
En ese contexto, es comprensible ese sentimiento de orfandad que probablemente estén experimentando muchos de quienes, esperanzados en una alternativa política que parecía enarbolar dignamente los valores de la izquierda, en estas últimas semanas se han encontrado con las evidencias de todo lo contrario a lo que ellos esperarían.
Por si esto no bastara, muchos de quienes trabajaron en la construcción de dicha alternativa política desde sus cimientos, hoy se han visto marginados, relegados. Hoy, ven que los puestos de poder han sido acaparados por una cúpula.
Por otra parte, cuando un personaje manosea a una correligionaria en público y luego se niega a disculparse, simulando que no pasó nada, está enviando un mensaje muy claro a las mujeres: nuestra dignidad poco le importa.
Negar los hechos pese a la evidencia pública es, por otro lado, un insulto a la inteligencia de la ciudadanía. Con ello se está dando, nuevamente, un mensaje que nos debe poner alertas, porque esa es la tónica que se busca imponer en Zacatecas, si es que la ciudadanía lo permite.
Desde la distancia, hemos presenciado también cómo se les roba la oportunidad de participar políticamente a quienes han ejercido y ejercen liderazgos a lo largo y ancho de todo el estado. Este tipo de situaciones nos mandan otro mensaje: el ejercicio autoritario del poder amenaza a Zacatecas.
Adueñarse de esta forma de aquello que debería estar al servicio de la democracia, es una traición a las esperanzas de los zacatecanos.
Por eso comprendo que hoy, tantas personas se sientan abandonadas políticamente, tantas conciencias que se avergüenzan del comportamiento autoritario de quien dice representarlos, pero que en realidad está representando sus propios intereses y los de su clan.
Entiendo perfectamente a quienes muestran algunas reticencias ante determinados partidos políticos. Sin embargo, creo que debemos poner las convicciones por delante y apostar por las coincidencias, apostar por los perfiles, más allá de las etiquetas partidarias.
Si se trata de “no mentir, no robar y no traicionar”, mi trayectoria está caracterizada por ese comportamiento ético, que será el eje de mi gobierno. Cumplo perfectamente con estas características, y por ello es que invito a todas esas conciencias que han despertado, a que se unan a esta causa que es la de la inclusión, entendida como un solo proyecto que da cabida y da voz a toda la pluralidad de ideas.
Porque la gente merece respeto, y merece ser tratada como adulta, les invito a reafirmar la dignidad de las y los zacatecanos. El comportamiento de las y los candidatos en campaña refleja la conducta que éstos tendrán una vez en el gobierno. Zacatecas merece mucho más que seguir siendo la zona de confort para una familia que insiste en seguir lucrando con los privilegios otorgados por el sufragio.
Quien tenga dudas respecto a cómo aterrizaremos este proyecto de pluralidad que ya está en marcha, le invito a acercarse, a seguirme, a asistir a mis eventos, a dialogar conmigo. Tenemos mucho por hacer y tu participación es muy valiosa. ■
