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viernes, 29 marzo, 2024
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Gobierno ideal

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Por: Jorge Humberto De Haro Duarte •

Se aproximan tiempos muy interesantes en el devenir histórico de la nación, en honor a la verdad, el país se la juega en esta jugada de ajedrez gigantesca que habrá de ocurrir, inminentemente, el próximo mes de junio, en las elecciones sin precedente, que habrán de efectuarse prácticamente ya. El pueblo va a elegir a sus gobernantes en una contienda electoral que, se espera que sea en buena lid, si no es mucha molestia. Todos los ciudadanos habrán de acatar los resultados y, mientras menos pugnas y arrebatos postelectorales se tengan, más confianza se va a depositarse a aquellos a quienes favorezca el voto y ratifique el sistema electoral.

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Porque no es poca cosa lo que viene y lo mejor es tener bien sentados los pies y fría la cabeza. Serán al menos cincuenta millones de votantes eligiendo entre una cantidad indefinida de puestos en pugna. Va a estar intenso, sin descartar que habrá resultados inesperados, y lo interesante será observar qué tan preparados estarán los mismos partidos políticos para aceptar con sobriedad los resultados, en la victoria o en la derrota. Lo mismo habrá que esperar, de que la ciudadanía elija con prudencia y visión de futuro; hay infinidad de problemas que resolver y que importan más que la grilla. Y esas tendrán que hacerlas todos.

También, sería sano seguir aprendiendo que clase de gobierno quiere el llamado ciudadano que ejerce el derecho electoral en la designación de sus representantes en los gobiernos y municipios y la integración de las cámaras de diputados federales y estatales. Algunos votantes se preguntan no solo el candidato que eligen, sino el tipo de gobierno a que aspiran. Por eso a veces la gente se pregunta si somos como en el vecino país, democráticos o republicanos, sin una idea clara de lo que significan estos conceptos. Sería luminoso tener una idea clara sobre si este país puede considerarse democrático o republicano o una república democrática o una combinación parecida.

Además, eso ayudaría a los futuros funcionarios a definir sus estrategias sociales y económicas que les ayuden a tomar las mejores decisiones, ya sea fortaleciendo la democracia a partir de la representatividad mayoritaria, pero con una visión incluyente y solidaria o para fortalecer la estructura de la república con el compromiso histórico y constitucional con los estados y municipios y su derecho a su soberanía y representatividad en los asuntos públicos. Hay mucho que se puede concluir en el análisis de estos conceptos.

De cualquier modo, hará mucha gente en las urnas, muchas urnas y muchos ciudadanos comprometidos con la sociedad y las autoridades electorales para llevar a buen puerto este proyecto. Qué diferencia de las elecciones federales de 1824, donde Guadalupe Victoria fue electo como primer presidente de México con treinta votos, por el Partido Liberal ante Nicolás Bravo, con ocho votos, postulado por el Partido Conservador.

La otra forma de gobierno muy socorrida por los hoy mexicanos y aparentemente añoradas consciente o inconscientemente por una gran parte de la población, es la monarquía. Aunque suene como una hipótesis muy arriesgada, puede decirse que a lo largo de la historia los pobladores de ese territorio han sido proclives al sometimiento de la autoridad monárquica. Primero, los antiguos imperios originarios eran regidos por monarcas, los que fueron sustituidos durante la Colonia durante tres siglos en los que se estableció obligatoriamente la dependencia de la corona española. Al consumarse el movimiento independentista, se tuvo el advenimiento del Primer Imperio Mexicano. Luego vino el gobierno extraño de Santa Anna, una especie de tiranía monárquico republicana. Después, un grupo de conservadores fueron a ofrecerle la chamba de emperador a Maximiliano que se vio consolidada por el Segundo Imperio. Ni que decir del régimen de Don Porfirio que se condujo como un monarca europeo y veía a la población chiquita y orejona para auto gobernarse. O del Maximato, el priato y ya para rematar el salinato, donde los gobernantes han ejercido un poder y control absoluto sobre gentes y haciendas. Lo grave de todos estos intentos es que muchos mexicanos lo justifican y lo aceptan con una actitud mas que complaciente, sumisa.

¿Usted que cree, lector? ¿Republicanos, demócratas o monárquicos?

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