El próximo domingo comenzarán oficialmente en Zacatecas las campañas electorales para contender por la Gubernatura, 18 diputaciones de mayoría relativa y 12 diputaciones de representación proporcional, 58 presidencias municipales, 58 sindicaturas y 547 regidurías. También se contenderá por 4 diputaciones federales de los 500 espacios que habrán de conformar la Cámara de Diputados.
La mayoría de las encuestas reflejan una intención de voto en la que aparece Morena a la cabeza, con una ventaja muy amplia, de 42% frente al 24.8% del PRI, PAN, PRD. De hecho, si dicha ventaja se mantuviera hasta llegar a las elecciones en junio, Morena en Zacatecas obtendría la mayoría calificada en la Cámara de Diputados del Estado y conseguiría nuevamente la mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Las campañas electorales son procesos intensos de proselitismo y cortejo de los electores, que realizan los partidos y sus candidatos, en la búsqueda de los votos de los ciudadanos. Como parte sustancial de los sistemas democráticos, toda campaña busca construir mayorías electorales estables y afianzar la legitimidad social, que es el sustento de todo sistema democrático. Las campañas electorales son instrumentos legitimadores del actuar de los gobernantes.
Es claro que las campañas para buscar el voto han sufrido un cambio drástico por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información que ha generado cambios profundos en la forma como se accede, controla, ejerce y reproduce el poder público; la generación y el procesamiento en la transmisión de la información se convierten en las fuentes de la productividad y el poder debido a la nueva normalidad y las condiciones tecnológicas.
Bajo esta nueva realidad, las campañas electorales, han experimentado distintos cambios, ya sea en la forma de conceptualizarse, organizarse, financiarse, hacer proselitismo, o bien, en la manera de comunicarse y movilizar al electorado. Estos cambios son producto, también, de las transformaciones sociales y políticas de los últimos años, que han generado un ciudadano dotado de más información, con más educación y conocimientos sobre los aspectos político-electorales y más conectados, a través de distintos dispositivos tecnológicos, con el mundo y sus tendencias políticas e ideológicas.
La sociedad ha evolucionado enormemente, los votantes de hoy día son política, social y culturalmente diferentes. No es descabellado señalar que ha surgido una nueva política, con características distintas a la predominante en el pasado. Sin embargo, todavía muchos candidatos y partidos siguen haciendo política a la vieja usanza, lo que ha generado una gran decepción social, realizando una política muy antigua, que no atrae a las “nuevas mayorías” o que se está alejando rápidamente de estas nuevas mayorías.
En materia discursiva siguen usando un lenguaje que se utilizaba hace décadas, con referencia hacia las masas y no hacia los individuos, apelando al interés genérico cuando lo que predomina hoy son las individualidades y la atención personalizada a los votantes.
El próximo domingo los candidatos saldrán a buscar el voto de los zacatecanos, recorrerán el territorio estatal para enfrentarse a nuevas formas de hacer política y ante la nueva realidad del Covid-19. La Cuarta Transformación y sus actores debemos convencer a las y los nuevos votantes con un lenguaje que los incluya.
Tenemos que adaptar nuestras propuestas y nuestras formas de entender a México, para convertirlas en propuestas para las nuevas formas de interacción social que la tecnología y la pandemia ha instaurado. México y Zacatecas se han transformado, tenemos que transformar a la clase política para que responda a las nuevas realidades. Sin embargo, la pobreza, el empleo, la inseguridad y la justicia siguen siendo las principales preocupaciones de nuestra sociedad.
La política y las campañas han cambiado y la construcción del nuevo México que promete la Cuarta Transformación debe construir los espacios para que las realidades de todas y todos los mexicanos quepan en un país cada vez más justo.
