Ayer el gobernador anunció que había buenas noticias para el magisterio zacatecano y, claro está, para el conjunto de las finanzas de la entidad. Recordemos que, de (en números redondos) los 9 mil millones de gasto educativo para educación básica, la Federación pone 7 mil mdp y el estado quedaba a cargo de 2 mil mdp. Sin embargo, como en el paso de Faeb a Fone (en el 2015) una parte de la nómina educativa queda sin reconocer por parte de la Federación, quedó a cargo del estado el pago de esos (poco más de) 2 mil millones, de los cuales el estado podía aportar 800 millones, y quedaba un déficit crónico de mil 200 millones. También recordemos que, como Hacienda no quería aportar esa cantidad deficitaria para Zacatecas, el gobierno local creó la estrategia de ingresos propios con el llamado ‘impuesto ecológico’ justamente de mil 200 millones de pesos. El boquete fue un desestabilizante financiero crónico porque, la suma total de los ingresos propios del estado rondan los 2 mil millones de pesos, lo cual significa que ni aun invirtiendo todos los ingresos propios se alcanzaba a cubrir el déficit, además de quitar recursos a otras necesidades provocando un efecto negativo en dominó.
Como podemos observar, resolver el déficit educativo es, en realidad, resolver muchos problemas juntos. Ahora bien, el anuncio de que ‘para este año’ ya todos los recursos de nómina están garantizados, dejó la duda si eran recursos extraordinarios del ramo 11, o dinero programado desde el ramo 33 que se consolidaba en el Fone. Si era lo primero, el problema se resuelve por este año, y el siguiente seguimos con el mismo dolor de cabeza; y si es el segundo, podemos respirar profundo porque se habrá resuelto el problema crónico (que no está de más decir que fue creado por la ineptitud de Alonso Reyes). Todo parece indicar que la negociación es que se dote al estado de ese recurso por vía del Ramo 33 de Aportaciones Federales. Lo cual sí es una buena noticia. Pero no debemos asegurarlo hasta verlo en el presupuesto de egresos apuntado en el ramo adecuado. Con esto avanzado, el estado queda ya con un peso no de 2 mil, sino de 800 millones de pesos, lo cual es perfectamente manejable.
En realidad, lo que ahora se hace, es nivelar a Zacatecas de un desequilibrio que se creó en 2016; el cual no existe en otras entidades. La negligencia de Alonso Reyes puso el Jesús en la boca de los profesores zacatecanos. Al parecer también se consolida el recurso que va dirigido a telesecundarias (nómina estatal) por 590 millones de pesos. El panorama por tanto es de festejo, al menos en lo que cabe. Surge una pregunta, ¿qué ocurrirá con el litigio por el conocido ‘impuesto ecológico’ en Zacatecas? ¿El gobierno seguirá peleando por él o lo dejará de lado? Esperemos que continúe la puja por tenerlo para que forme el antecedente tan importante que establece. Así las cosas, con el acuerdo de los mil 200 millones para nómina educativa para Zacatecas, deberá haber recurso para alivianar la situación de la UAZ, que pasa por un periodo financieramente difícil. En suma, la coordinación entre el estado y la federación trae buenos resultados, aun cuando sean de signo político distinto. Cuando se quiere (hay voluntad) se puede.
