En la colaboración anterior se expuso la importancia de aumentar el financiamiento en desarrollo sostenible sobre todo para países menos desarrollados, principalmente para impulsar la implementación de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que son una pauta para la paz y prosperidad que se puede lograr considerando las dimensiones sociales, económicas y ambientales en el desarrollo. El caso de México no es diferente al del resto del mundo pues se reconoce la necesidad de movilizar una mayor cantidad de recursos para el cumplimiento de los ODS, es por esto que el bono soberano sustentable lanzado a los mercados financieros por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP), el cual tiene como objetivo financiar proyectos relacionados con los ODS, es una iniciativa destacable.
Las características del bono soberano sustentable descritas en el Marco de Referencia de Bonos Soberanos congruente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, elaborada por la SHCP, son interesantes y cumplen en general con los criterios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) descritos en su publicación Practice Assurance Standards for SDG Bonds (Prácticas de Aseguramiento de Garantías para Bonos ODS). Para este fin la publicación considera seis estándares los cuales se relacionan con el bono de la siguiente manera:
El primero consiste en la intención estratégica y el impacto en las metas establecidas, este se refiere a cómo la entidad emisora se aproxima estratégicamente a los ODS a través de los bonos y considerando el impacto deseado y las metas relevantes para las partes involucradas; en este sentido, el bono soberano considera algunas metas de 11 de los 17 ODS y sus impactos esperados sobre los cuáles se pretende invertir en función de los programas presupuestarios derivados del Plan Nacional de Desarrollo. El segundo criterio se refiere a las mediciones y la gestión en el diseño y la operación del programa de bonos; en este aspecto entra en juego el Sistema de Evaluación de Desempeño (SED) que es una herramienta del gobierno mexicano para evaluar el nivel de cumplimiento de los programas presupuestarios y que en este caso se aplica para los indicadores de ODS incorporados en la Matriz de Indicadores de Resultados (MIR) los programas, en cuanto a la gestión y la operación del programa se realizará un monitoreo constante para evaluar si los gastos considerados cumplen con los criterios de elegibilidad, asimismo la SHCP intentará siempre contar con un excedente de alternativas en caso de que se elimine uno de los gastos elegibles y se evaluarán los avances en los programas presupuestarios de forma trimestral. El tercer estándar se refiere a los criterios de elegibilidad y a la evaluación ex – ante de actividades que puede estar sujetas a los bonos sustentables; en este caso el bono soberano mexicano cuenta con criterios de elegibilidad bien definidos con base en un índice de brecha social y por zonas de atención prioritarias, si bien el Marco de Referencia de la SHCP no contiene de forma explícita una evaluación ex – ante las actividades se encuentran fundamentadas en función de las brechas de desigualdad. El cuarto estándar considera la medición sistemática del impacto y el desempeño del programa de bonos; con este propósito la SHCP considera un reporte de asignación de recursos en las actividades elegibles el cual sería auditado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y un reporte de impacto con información cualitativa y cuantitativa según los beneficios esperados de las actividades elegibles, esto se ve complementado con lo descrito estándar número dos. El quinto punto se refiere a la transparencia y comparabilidad para promover la integridad del programa de bonos y queda cubierto con los reportes mencionados en el criterio anterior. Por último, será necesario contar con procesos de gobernanza para evaluar la efectividad del programa bonos y su contexto; con este fin y para generar un reporte de impacto con información precisa se cuenta con la participación de diversos organismos gubernamentales y con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como un observador externo.
Como se puede observar el bono soberano sustentable cuenta con elementos interesantes, sobre todo los criterios de elegibilidad en función de las brechas sociales y las zonas de atención prioritaria, asimismo, llaman la atención los procesos establecidos de monitoreo, evaluación y rendición de cuentas; empero, podría mejorar en términos de gobernanza. Si bien es digno de reconocerse el esfuerzo de la SHCP por acceder a un mayor financiamiento para el desarrollo sostenible, todavía hace falta una mayor voluntad política para mejorar el compromiso con el cumplimiento de la Agenda 2030, empezando quizá con un ajuste en los proyectos prioritarios como el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, los cuales son dudosos en términos de sostenibilidad, y que en 2021 contarán con un mayor presupuesto.
