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viernes, 26 abril, 2024
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Julio Ruelas y Félicien Rops

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Por: ANNE LEYNIERS •

La Gualdra 437 / 150 Años de Julio Ruelas

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Encrucijadas artísticas y temperamentales. Impresionantes testigos de su época

Julio Ruelas (Zacatecas, México, 21 junio 1870-París, Francia, 16 septiembre 1907) / Félicien Rops (Namur, Bélgica, 7 julio 1833-Essonne, Francia, 23 agosto 1898). Uno es americano, el otro europeo, y ambos se identifican con corrientes artísticas de finales del siglo XIX como el simbolismo, modernismo, decadentismo principalmente y prerrafaelismo en ocasiones. Son artistas gráficos y presentan coincidencias que han sido comentadas por buen número de especialistas. En una breve nota de 1974 titulada “Julio Ruelas y Félicien Rops”, José Rojas Garcidueñas menciona a sus antecesores como Salvador Toscano, Justino Fernández, Crespo de la Serna, y hace su aportación, afirmando la evidente relación entre Rops y Ruelas. Enseguida, más investigadores estéticos profundizaron los estudios sobre Julio Ruelas, como Teresa del Conde, Fausto Ramírez y más recientemente Oscar Humberto Flores Flores, además de un gran número de autores, todos aludiendo a su cercanía.

Ambos se especializaron en la técnica del aguafuerte y difundieron su obra ilustrando revistas culturales. Al igual, ahondaron en la representación de la figura femenina, sensual, inquietante, dominadora y siniestra; erótica hasta la obscenidad para Rops, y atormentada hasta lo macabro para Ruelas. A unos cuantos decenios de distancia, vivieron en París, entonces ciudad de los placeres, donde reinaba el libertinaje y turismo sexual. Eran los tiempos del culto a la mujer fatal, ser dominante y espeluznante para unos, criatura sofisticada y misteriosa para otros, monstruo sexual, víctima torturada o perversa castigadora. Era el París del Folies Bergère, de La Dama de las Camelias y otras Margarita, Violeta o Nana. Las prostitutas o cortesanas, según su suerte y talento, abundaban en la capital. La muchacha parisina encarnaba el refinamiento y la elegancia, pero también inspiraba el vicio, la decadencia libidinosa y todo tipo de deseos lascivos o fantasías sexuales.

Ambos artistas han sido calificados, por sus contemporáneos y después, de numerosos atributos aterradores que demuestran la violencia contenida en su obra. Considerados decadentes, inmorales y pervertidos, nos dejan siempre pensativos, a saber: ¿expresaron sus pesadillas y fantasías y/o encarnaron su época, representando su entorno, siendo actores y testigos, además de provocadores y resistentes a las contradicciones y fallas de la sociedad?

 

La Domadora de Julio Ruelas (1897) y el Pornocrates de Félicien Rops (1878)

Son dos obras emblemáticas de sus autores y de su época. Han sido ampliamente interpretadas, ofreciendo un abanico discursivo, ya que aluden a figuras imaginarias, simbólicas, fantasías personales plasmadas en el lienzo o alegorías encarnando el espíritu de su tiempo.

La temática es bastante diferente, aunque la visión es igualmente sorprendente. La mujer de Rops deambula altanera y sofisticada, dócilmente guiada por un cochino hacia las puertas de la pornocracia, ojos vendados. La Domadora de Ruelas es más natural, concentrada en amaestrar al cerdo con su látigo, es ella quien guía al animal de circo. ¿Podría ser el “Pornocrates” dominado? Una reinterpretación, o solo evocación, la captura de una imagen seductora y adecuada para su propio universo imaginativo y pictórico.

En lo que concierne esta visión compartida de la mujer, surge una pregunta: ¿Son unos artistas moralistas criticando la hipocresía decimonónica o unos perversos satánicos; unos misóginos convencidos al igual que la mayoría de sus contemporáneos o unos precursores anunciando el amanecer de un cambio societal?

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_437

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