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viernes, 26 abril, 2024
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El legado del Maestro Manuel Felguérez

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Por: IRMA FUENTES MATA •

La Gualdra 436 / Manuel Felguérez: in memoriam

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Manuel Felguérez tenía muchos perfiles en el arte, fue escultor, pintor, grabador, muralista, investigador, científico, escritor, formador de nuevas generaciones, promotor, pero, sobre todo, fue un hombre generoso. Donó su obra a Zacatecas y a México, sus creaciones quedarán en muchos lugares de nuestra geografía, en las ciudades donde vivió y en las que acogieron al arte abstracto. Manuel Felguérez transformó con sus esculturas y murales los espacios públicos y con sus pinturas y grabados los espacios más íntimos.

Lo conocí hace 20 años, cuando inicié mis estudios doctorales. Tanto me maravilló su vida y obra, que elegí el museo y la abstracción como tema de investigación, a la que dediqué numerosos años y me llevó a publicar el libro Creación y Expresión en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez (2010).[i] En el libro se concentra de manera más fehaciente su obra y legado, ya que muestra su trayectoria, evolución y la de sus contemporáneos. Su obra coincide con ciclos temporales que se desarrollan, vuelven y avanzan como espirales que abarcan varios años de experimentación con técnicas, materiales y motivos para iniciar otro ciclo de búsqueda.

Felguérez experimentó con colores, tintas, óleos en tela, esculturas en piedra, metales, vidrio y acrílicos; son obras que tienen un mismo motivo, pero se concretan en distintas dimensiones de lo plano, volumétrico y tridimensional. Se puede apreciar su obra en múltiples espacios del museo, en los jardines, en la sala de los murales, en las salas antológicas del museo, que en otra época fueron las celdas y pasillos del penal de Zacatecas y durante el siglo XIX el Seminario Conciliar de la Purísima. En la nave principal se encuentra su obra Retablo de los mártires (2001).

El maestro también incursionó y fue pionero en los procesos de informática y cómputo. Obtuvo la beca de la Fundación Guggenheim para investigar en la Universidad de Harvard, a raíz de lo cual surgió el libro La máquina estética, donde explica un riguroso cálculo matemático decodificado en las primeras computadoras de hace 40 años, con los procesos informáticos de la época, pero con la perspectiva de proyección a futuro que hoy disfrutamos en la producción gráfica. Se le reconoce como pionero de la gráfica digital, ejemplo de esa época son las obras de 1973, que se presentan en la sala 10, como Limite de una secuencia, La Energía del punto cero, Homenaje a Lobachevsky, Signo convexo. Sandro Bocola explica que el arte no figurativo constituye un logro de la modernidad:

 

El arte no figurativo demuestra con una claridad insuperable que también en el ámbito de la estética se ha iniciado una nueva época. Siguiendo el camino desbrozado por Mondrian, Malevich y Tatlin, para un número creciente de artistas, la no figuración, sobre todo la de tipo geométrico, se convirtió en la única forma posible de configurar y expresar la concepción que tenían de sí mismos y del mundo.

 

Entre los años setenta y ochenta, Manuel Felguérez, junto con varios creadores de la época, como Federico Silva, Mathias Goeritz, Helen Escobedo, incursionaron en el geometrismo. Posteriormente fue dejando la geometría para explorar su época más orgánica, más biomórfica, con reminiscencias de cuerpos, vejigas, animales y caracoles, que centran su interés estético en lo vital y donde hace gala de su afición por la taxidermia; también en ese periodo juega con la textura de los minerales y sus múltiples tonalidades. La tierra zacatecana fue su inspiración.

En los años noventa, Felguérez exploró otro tipo de escultura, en las obras de piedra del año 1996: Mujer de Saliagos, Siros, Ermitaño, Lieder y Búho. Alternó las técnicas, los materiales y los estilos abstractos, fue del geometrismo al biomorfismo, recreó la escultura. El museo alberga no solo obra suya sino de los artistas abstractos que han trabajado el geometrismo, el lirismo, la pintura del signo y el gesto, el tachismo, los campos de color y el materismo, entre otros.

El maestro también proyectó grandes esculturas para amplios espacios. Su obra escultórica de gran formato acompaña las edificaciones modernas, como se aprecia en el Centro de Congresos de la ciudad de Querétaro. Fue de lo estructural a lo lírico y hasta el final de sus días disfrutó con la pintura y las posibilidades del color.

Definitivamente Manuel Felguérez legó una obra invaluable, todos los que estuvimos cerca de él recordaremos su sonrisa, su amabilidad, su gesto atento y generoso. Se fue un gran artista, pero nos dejó una gran riqueza cultural que seguiremos descubriendo por muchos años.

 

 

[i] El libro se puede solicitar al correo [email protected] .

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_436

 

https://youtu.be/8Xke2jbjqMY

 

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