■ La mina Frisco Tayahua, en Mazapil, continúa actividades pese a la contingencia sanitaria
■ Organización social denunció que es hostigado y su posible detención arbitraria
■ El defensor de Salaverna fue buscado por el jefe de Investigación de la Casa de Justicia de Concepción del Oro por una supuesta denuncia
■ Advierte del 14 al 21 de abril la minera realizó 35 detonaciones, lo que ha provocado cuarteaduras en las pocas casas que quedan en pie
“Negociar la tierra, negociar la patria, es convertirte en paria. Cómo puedes decir ‘te vendo mi tierra si nosotros pertenecemos a ella, no al revés’. Eso es lo que nos han metido en la cabeza los neoliberales, que nos han dicho que ya con un papel ‘es tuya y la compro’, pero se van apoderando de todo el territorio. Me están limitando, me quitan libertad. No se vale, eso es lo que no entiende mucha gente. Nos han metido en la cabeza que podemos negociar con nuestra madre tierra como si fuera prostituta y no se puede. Nuestra vida depende de la naturaleza, no la naturaleza depende de nuestra vida”.
Las palabras de don Roberto de la Rosa Dávila, uno de los defensores más aguerridos de la vida y el territorio contra la explotación minera de Salaverna, Mazapil, a manos de la empresa Frisco Tayahua del millonario Carlos Slim, suenan a través de una llamada telefónica con La Jornada Zacatecas un día después de que la Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería denunciara el “hostigamiento y posible detención arbitraria” en su contra, luego de que fue buscado por el jefe de Investigación de la Casa de Justicia del municipio de Concepción del Oro por una supuesta denuncia, ya que es el principal referente de una lucha de más de una década en contra de la explotación de su tierra.
Y es que, además de la larga historia que hay tras esta batalla, habitantes y activistas denunciaron en días pasados que la mina no ha parado labores durante la contingencia sanitaria. De hecho, según anotación de don Roberto de la Rosa Dávila, del 14 al 21 de abril se registraron 35 detonaciones y siguen trabajando igual, día y noche hasta antier, que dice, dejó de escucharlas. “Algo están midiendo, pero ya es mucho. ¿Qué cerro o qué montaña resiste tal agresión? Ninguna, porque es mucho explosivo el que utilizan. Entonces, por eso nuestras casas están todas cuarteadas. Da coraje, impotencia”.
Y es que los muros de su habitación y el suelo que pisa tienen ya el registro de las detonaciones, heridas disfrazadas de grietas que han provocado que don Roberto mueva su cama porque le caía enjarre después de cada explosión. “¿Y no es terrorismo? En el tiempo que estamos, con la tecnología actual no hay margen de error, se tumba lo que se pretende y se hace el daño que se quiere”, advierte.
De la Rosa Dávila informó que en las últimas horas ya no lo han ido a molestar ni los de la mina ni la Policía Ministerial y entiende que quizá sea por la contingencia, pero quedaron de mandarle un citatorio porque de palabra él no va a ningún lado, dice. Y es que la denuncia en su contra se hizo porque corrió a uno de los encargados de las obras del proyecto minero, esto debido a que estaba instalando electrificación por donde pasa él a su propiedad, e infiere que dicha instalación es para ir haciendo la mina a cielo abierto, y eso nunca les convendrá porque terminarán de contaminarlo todo.
“Nos están obstruyendo el libre tránsito por nuestro propio territorio y lo quieren hacer a la fuerza porque tienen el poder económico y el apoyo de Tello, del presidente municipal y del Gobierno Federal. Y piensan que debemos someternos a sus caprichos y no, aunque seamos uno, habemos personas que estamos conscientes de la patria, del territorio”.
