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martes, 23 abril, 2024
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Gobernanza Universitaria

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Servir a la Universidad Autónoma de Zacatecas constituye una gran responsabilidad, pues no solo se presta un servicio profesional ya sea como maestro, como trabajador o un cumplimiento académico como alumno, es demás, el reflejo de un compromiso intergeneracional que implica dejar una herencia institucional apta para enfrentar retos futuros a manera de complejidades que de no atenderse adecuadamente, pueden poner en entredicho el presente y el futuro de miles de jóvenes que aspiran a una educación de calidad que les brinde las herramientas necesarias para incorporarse positivamente a nuestra sociedad. De tal manera que una educación de excelencia redundará en profesionistas virtuosos que resuelvan problemas de salud, pobreza, marginación, seguridad, gobierno y justicia. La UAZ debe cumplir con los propósitos existenciales descritos por su Ley Orgánica en su Artículo 6º y que se traducen en impartir educación que prepare al estudiante para la eficacia de sus servicios a la sociedad; organizar, realizar y fomentar la investigación científica, humanística y tecnológica, además de coadyuvar a que se erradique la marginación y la desigualdad social. En mi opinión, una alternativa que puede contribuir a consolidar las tareas antes descritas, es la gobernanza, misma que de acuerdo con Raziel Husata Garay, es una palabra que deriva etimológicamente del verbo griego kubernân que significa pilotar y que el primero en utilizar el citado término, fue Platón cuya pretensión era establecer el hecho de cómo se gobiernan los hombres. La mencionada palabra se ha reproducido en latín como gubernantia, en castellano antiguo como governança, en francés como gouvernance etc. En este contexto, Husata Garay considera importante distinguir entre Gobernación, Gobernabilidad y Gobernanza, así, el primer concepto se refiere a la acción de gobernar, el segundo se refiere a la capacidad del sistema político para responder a las aspiraciones colectivas y ejecutar políticas públicas y, finalmente, gobernanza puede delimitarse para identificar un nuevo estilo de gobierno que implica una mayor interacción entre el estado y los actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado. Una vez establecido lo anterior, debemos aclarar que la universidad pública no está ajena a adoptar criterios de gobernanza, pues sin duda, las grandes barreras que enfrenta, amerita de novedosos esquemas y modelos de participación más efectiva ya que como lo señala Francisco Ganga Contreras, las universidades como organizaciones complejas, deben determinar sus fines, objetivos y metas con nitidez, incluyendo criterios de pertenencia, entornos relevantes y los medios con que procesan sus riesgos e incertidumbres. Para Ganga Contreras, las universidades son entidades altamente reguladas que funcionan sobre esquemas burocráticos de administración, condición que puede frenar el desempeño de las organizaciones o transformarlas en un escenario de largos vacíos tratándose de toma de decisiones. En este orden de ideas, Armenio Pérez Martínez establece que el éxito de cualquier proyecto universitario es concordar en construir, habitar y pensar y, ello, obliga a aquellos que la dirigen en sus diferentes planos a meditar, situación particularmente difícil en nuestra Era. De tal suerte, se debe gobernar pensando y no solo calculando por lo que la gobernanza universitaria se integra de componentes externos e internos, los primeros comprenden a los órganos del estado, gobierno, sociedad civil, empresarios, organizaciones de profesionistas y demás asociaciones. Por lo que respecta a los componentes internos, Pérez Martínez señala que cohabitan dentro de las propias corporaciones académicas (docentes e investigadores, estudiantes, trabajadores administrativos y técnicos); además de los distintos tipos de instituciones que integran el sistema (universidades docentes, complejas, semi-complejas y unidades funcionales, facultades, institutos, departamentos, carreras, centros, laboratorios, etc.), y de las formas de gobierno, liderazgos, estructuras y procedimientos, políticas organizacionales (académicas e institucionales), planes estratégicos así como procesos decisionales. En este concierto de ideas, a la UAZ le hace falta un modelo de gobernanza universitaria en el que converjan todas las fuerzas institucionales junto a todos los involucrados con la Universidad, ya que todos, tenemos la tarea de cuidar este patrimonio académico y preservarlo para las presentes y futuras generaciones de zacatecanos. No podemos predestinar a pocas voluntades, el futuro de nuestra Alma Mater ni dejar la solución de sus múltiples retos a pocas inteligencias siendo que somos muchas. Más allá de las autoridades universitarias ya conocidas, el asunto de la UAZ es un asunto de todos, todas las voces, todos los actores, verlo de esta manera, garantizaría la legitimidad en el actuar y se promovería la solidaridad con la institución, sin la cual, no se podrá transitar a una Universidad sólida y de vanguardia. ■

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos y
Secretario General del Consejo Zacatecano
de Protección al Ambiente
[email protected]
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