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viernes, 29 marzo, 2024
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¿Reincersión o escuela de delincuencia?

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

La guerra contra el narco iniciada por Felipe Calderón trajo consigo muchas consecuencias, la inseguridad que actualmente vivimos, la violencia y otras más como la corrupción, impunidad y la ingobernabilidad tanto en los estados como en los Centros de Readaptación y Reinserción Social costados por los diferentes cárteles emanados precisamente de dicha guerra y debido al pacto con las autoridades.

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El señalamiento que recientemente realizó el Presidente de la República respecto al poderío que lograron los capos en nuestro país, resulta certero y realista cuando nos enteramos que en los centros en donde se cumplen las penas por los delitos cometidos, los reos y quienes debiesen ser sometidos a programas para reintegrarlos a la sociedad, poseen armas, drogas y teléfonos celulares para continuar cometiendo delitos incluso mientras cumplen su condena.

La fractura de las células delictivas en México ocasionó que estas se convirtieran más violentas y más corruptoras, la compra de plazas se convirtió en más pago para corromper a políticos e incluso hasta mediante el miedo se logró imponer su ley hasta en los reclusorios, la fuga del Chapo durante sexenios panistas y priistas en varias ocasiones es muestra de que estos lograron trabajar al amparo del poder.

En Zacatecas el CERERESO ha sido centro de múltiples situaciones en las que reos logran escapar por la puerta principal sin que siquiera exista oposición alguna, en esta ocasión resultamos noticia internacional debido a que durante un supuesto partido de futbol una riña entre miembros de diversos cárteles concluyó con varios días de violencia y con más de una decena de muertos y heridos.

Las autoridades como siempre eligen una salida fácil para responder a la crisis que se vive, durante el sexenio panista y priista en los que se fugó el capo más buscado en el mundo, los Presidentes decidieron señalar que fueron fugas planeadas y que se utilizaron vías sorprendentes como la construcción de túneles o nexos entre los guardias para escabullirse en carritos de lavandería, sin que la seguridad del penal pudiera percatarse de la ausencia de un reo de tan grande importancia.

Otras formas prontas y mediáticas pero que no solucionan el problema de fondo, es la de cesar de sus funciones a los directores de dichos penales, así como a los custodios de las instituciones sin entrar de fondo a la investigación para descartar la complicidad de los mismos en los asuntos. Las declaraciones de las autoridades parecieran una burla para intentar calmar a los parientes de los fallecidos o heridos y al mismo tiempo evitar la crítica por parte de la sociedad.

El conflicto en el penal de Zacatecas se presentó el día último del año, mientras el gobernador se encontraba fuera del Estado, las declaraciones fueron encargadas en el Secretario de Seguridad Pública, mismo que insistió en que familiares en dicho día de visita habían introducido las armas de fuego con las que se privó de la vida a otros reos, dejando expuesto que no existen medidas de seguridad para prevenir que esto suceda o para evitar que sean utilizadas otras medidas. Ni los exámenes de confianza, ni las supuestas medidas de seguridad, ni mucho menos las acciones de reinserción han sido suficientes para evitar que los grupos delictivos continúen organizados al interior del penal.

Urge una reforma a nivel nacional en materia de Reinserción y Readaptación social para lograr un cambio de fondo en los penales de los estados y del país, es urgente que estos CERERESOS dejen de ser centros de operación con seguridad personalizada para quienes han cometido delitos graves en la sociedad, que no sigan siendo escuelas donde quienes cometieron delitos menores aprendan a cometer otros delitos una vez cumplida su sentencia ¿seguiremos como Estado y como Nación apostando a que dichos centros continúen siendo escuelas donde se aprende a cometer todo tipo de delitos, en donde el crimen logre organizarse todavía más y compitan entre sí mismos impunemente o se velará por reformar la esencia del sistema penitenciario?

Si queremos que la inseguridad disminuya, no solamente se requiere empleo, inversión en seguridad y equipos costosos, se requiere una reforma de fondo a toda aquella institución encargada de reinsertar y readaptar a la sociedad a toda aquella persona que ha cometido un delito sin importar la causa que lo llevara a ello, que una vez cumplida su sentencia regrese a la sociedad a aportar a la construcción de la misma no que continúe cometiendo más delitos con un mayor conocimiento para ello. Las autoridades deben comprender que la pasividad también es complicidad.

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