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miércoles, 24 abril, 2024
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Financiamiento a los partidos: el cáncer de la política

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

El recurso público desde hace décadas ha sido destinado a acciones gubernamentales que han tenido poco impacto en la vida de los mexicanos, miles de millones de pesos se han ido al caño de la corrupción y a enriquecer a servidores públicos, representantes populares y ex presidentes, ninguna institución del viejo régimen cumplió al cien por ciento su función.

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Los partidos políticos, desde un punto de vista personal, son el origen de la corrupción en nuestro país o al menos ahí se fortalecieron las formas en que la han ejercido quienes pertenecen a nuestra clase política. La introducción del financiamiento público para los partidos políticos en México, surgió tras la presión y los reclamos que realizaban los partidos ajenos al partido político que llevaba en el poder desde que pasamos a ser un país democrático, el Partido Revolucionario Institucional había arrojado todos los presidentes desde su origen, para 1987 fue que se reformó nuestra Constitución Política en materia electoral y trajo por primera vez el financiamiento a los partidos políticos.

Desde que se introdujo el financiamiento a nuestras instituciones políticas, perdieron su esencia y al mismo tiempo perdieron de vista su objetivo, la formación de ciudadanía que participara en el ámbito público desde una perspectiva (ideología política) y representara a quienes la compartían en diversos cargos de representación y al mismo tiempo implementaran políticas públicas basadas en los ideales de sus partidos políticos, terminaron por convertirse en lo que actualmente conocemos, instituciones repletas de empresarios que buscan dirigirlos para enriquecerse vendiendo candidaturas o imponiendo a sus allegados y familiares en candidaturas para beneficiarse a si mismos una vez que estos llegaran al poder.

El financiamiento a los partidos terminó por convertirlos en cotos de poder y negocios de grupos políticos que buscan dirigirlos para así controlar el recurso que estos reciben, seleccionar a qué candidatos aportarles para gastos de campaña y a cuáles castigar para que perdieran por falta de recurso. El dinero se volvió esencial para todo aquel que buscara participar en la vida política del país, al grado de que los partidos están repletos de personas que se hacen pasar por “operadores políticos” que no son capaces de viajar de un municipio a otro si no se les proporciona recurso, o de presidentes de partido que se trasladan en vehículos último modelo y tienen acceso a grandes cantidades disfrazadas de viáticos.

El recurso público destinado a los partidos políticos trajo también una generación de políticos ricos pero pobres de ideas, incluso hasta para practicar el arte de la política. La cultura del dinero y de los grandes beneficios terminó por trasladarse al ámbito de la administración pública, grandes bonos, grandes bolsas para manejar a discreción, negociaciones en las que el dinero mandaba, entre muchas otras más.

En los últimos veinte años (2000-2019) los partidos políticos han recibido cerca de 75 mil millones de pesos en financiamiento público, cada uno de los que han existido y que ahora existen perciben un porcentaje de acuerdo a la cantidad de votos que obtienen en las jornadas electorales, para el 2020 se determinó que los partidos reciban más de cinco mil millones de pesos.

En días pasados los diputados del PRI, PRD, MC, PT y PAN votaron en contra de la iniciativa de morena que buscaba reducir en un 50% el financiamiento a los partidos políticos, evitando así que los partidos políticos busquen renovarse y expulsen a estos empresarios que buscan enriquecerse a costa de los mismos, que dejen de ser vistos como cotos de poder y que cesen los conflictos internos por dirigirlos con el objetivo de hacerse de las grandes cantidades de dinero.

Los partidos políticos deben aportar a la transformación del país, deben terminar con los vicios al interior de los mismos y para que esto suceda debe acabarse con el cáncer que los ha contaminado y que los ha alejado de su principal objetivo, el financiamiento a los mismos es entonces un objetivo que debe lograr la cuarta transformación, mientras los diputados de estos partidos que durante años han traicionado al pueblo festejan un triunfo sobre morena y sobre un intento para quitarles recurso, los ciudadanos incrementan el rechazo a los mismos.

Con dinero cualquiera puede hacer política de pésima calidad, sin dinero muchos de nuestros políticos no sobrevivirían porque carecen de propuesta, ideales y principios. Pronto logrará terminarse con el cáncer de los partidos y vendrá un relevo generacional. La frase de “Un político pobre es un pobre político” dejará de ser la ideología de muchos, el cambio político debe realizarse. n

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