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viernes, 26 abril, 2024
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La zacatecana Maritza Buendía participó en Al Ruedo de la FIL

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

■ Destaca la temática del erotismo en sus obras, pues busca una revalorización del cuerpo

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■ Afirma escritora estar justo en el momento adecuado para escribir el género de novela

 

GUADALAJARA, JAL. Maritza Buendía fue seleccionada, junto con otros escritores, como uno de los nuevos talentos a los que hay que seguir y por tal motivo fue convocada para el evento ¡Al ruedo! en la edición 2019 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a donde llegó luego de una intensa gira de presentaciones de su novela “Jugaré contigo” (Alfaguara, 2018) para participar además en presentaciones de libros, encuentros con estudiantes y con cuentistas.

-¿Qué elementos o herramientas literarias tiene Maritza Buendía para salir al ruedo y aportar a la literatura mexicana?

Mis temas siguen en torno al erotismo. Lo que tengo para ofrecer sigue siendo una nueva visión, una nueva escritura entorno al cuerpo, una manera de entenderla diferente. Creo que en la actualidad el cuerpo ha perdido su valor como lo que es, con gran facilidad se ve mutilado, se ve usado, mercantilizado, se le ha quitado su valor. Yo estoy convencida que la literatura, y en especial la literatura erótica, nos ayudará a volver a integrar el cuerpo como una totalidad. Nos ayudaría a resinificar y volverlo a valorar.

Además de que el cuerpo es una manera de explorar, de moverte, y si ya me pongo a hablar del cuerpo de una mujer, nos enfrentamos a un lenguaje que todavía está lleno de tabús en torno a miedos o represión, muchas cosas que a estas alturas ya es inconcebible que todavía estemos contando en cuanto al lenguaje literario.

-Ahora que mencionas el cuerpo de la mujer y que dices que los cuerpos han perdido su identidad, esta FIL está en el marco de una nueva ola tanto de escritoras que van la par con el feminismo. ¿Cómo ves el movimiento feminista y cómo abordarlo o participar desde la literatura?

Obviamente estoy de acuerdo con todo el movimiento que se está haciendo. No es que mi literatura sea un manifiesto, una proclama, pero por supuesto que se inserta dentro de esta tendencia de hacer patente la voz de las mujeres. Sí me interesa que se vea eso; mis personajes, la gran mayoría son femeninos. Me interesa trabajar el mundo de lo femenino, pero también acompañarlo desde las mismas vertientes que el mundo de lo femenino propone, por ejemplo la familia, las generaciones. Es un hecho de colectividades, las mujeres no están solas, están acompañadas por otras mujeres.

Sin que tu literatura sea directamente feminista, has tratado mucho la libertad sexual de la mujer y eso es ya un empoderamiento ¿no?

Sí, como autora mi apuesta con la literatura es que busco arriesgarme a decir las cosas como son, a usar el lenguaje preciso, las palabras precisas, y buscar crear escenas eróticas, sexuales, descriptivas pero a la vez siempre acompañadas de un lenguaje literario. No quiere decir que tengo que descuidar la parte poética, que también es un rasgo que me ha interesado trabajar en mi literatura sin que yo sea poeta, pero sí me interesa el trabajo de la prosa poética.

Divides tu carrera en la etapa académica y literaria, pero estos últimos años has entrado de lleno en el mundo literario, ¿cómo te trata el ambiente?

Yo soy terca y siempre he querido ver las cosas como en conjunto, porque muchas cosas que la academia me da me sirven para el mundo de ficción o de la creación, y viceversa, muchas de las herramientas que me brinda la creación me sirven también para la parte académica. Yo sé que todavía hay esa discusión, hasta bizantina, anacrónica, que ya no debería de existir la separación entre académicos y creadores.

Yo creo que los verdaderos académicos e investigadores literarios tendrían que ser creadores, y más si estamos hablando de investigación literaria, que tiene que ser totalmente creativa, que no implica que no tenga un rigor de investigación, formal, al contrario, si logramos conjuntar ambas cosas es genial. Y la creación tampoco no es que surja de algo espontaneo, también te tienes que documentar, preparar en torno a los temas.

-Me decías que vas a continuar con la novela, ¿qué significó entrar a la novela, qué es ahora para ti?

Yo me siento bien ahora escribiendo novela, estoy justo en el momento adecuado para escribir novela, porque antes no la había hecho porque no había llegado mi momento. Antes era solo de cuento, de ensayo, y no lo digo en sentido despectivo, sino que a eso estaba enfocada. Yo necesité cierta maduración, experiencia para poder enfrentarme al reto de armar una novela. Si estás escribiendo una novela hay mucho sentimiento de angustia porque vayan los elementos, porque aquello que estás de una manera conteniendo de pronto se vuelva un monstruo que empieza a crecer para todos lados y ya no puedes sostenerlo.

Pero ahora me siento en esa capacidad de enfrentar la escritura con el reto de la novela y sí me gusta la construcción de personajes con mucho más holgura, mucho más tiempo que te ofrece a diferencia de un cuento.

-¿Ha sido duro el terreno?

Sí, porque te lo juegas en muchos sentidos; desde tu salud emocional hasta tu salud física. Y constantemente estás buscando los espacios para poder escribir, porque no vives de la escritura pero sí vives de la literatura, van acompañadas una de otra pero te vas haciendo espacios de donde se puede.

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