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jueves, 25 abril, 2024
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El SNTE: ¿por un cambio sindical a fondo o superficial?

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Por: Óscar Alzaga •

El 30 de octubre de 2019, la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (FEDESSP) realizó la Novena Asamblea General Extraordinaria, encabezada por Alfonso Cepeda Salas, el Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, (SNTE), expuso ante los representantes de más de 20 sindicatos, su abierto y definitivo rechazo al neoliberalismo por los daños que causó a México, abrazando, a la vez, la Cuarta Transformación como alternativa de los sindicatos y de la nación, aún más: llevar a cabo las elecciones del SNTE por voto secreto, libre y directo, proponiendo a la FEDESSP lo mismo. Para apoyar la democratización nacional que impulsa el presidente López Obrador.

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En 10 puntos resumió Cepeda su propuesta sindical democrática y renovadora, mostrando su compromiso con el cambio, e invitó e hizo alusión al Sindicato Minero, a la Confederación Internacional de Trabajadores y al Senador Gómez Urrutia, como líder ejemplar del cambio, lo cual se agradeció. En verdad nos sorprendió el líder del SNTE a los asistentes a la Novena Asamblea. ¿Por qué?

Apenas inició el sexenio de Peña Nieto en diciembre de 2012, cuando anunció y poco después impulsó la reforma educativa, que en realidad no era educativa, sino laboral y punitiva: evaluar al magisterio para restringirlo, sobre todo a la CNTE: un típico producto neoliberal del gobierno. La reforma fue un engaño, encarcelan a Elba Esther Gordillo por traicionar al PRI, cuando éste traicionó la Constitución. Y todos los líderes de entonces del SNTE apoyaron la reforma de Peña. Pero hoy se niegan acompañar al PRI en su caída: su despeñadero.

¿Y quién combatió la reforma educativa en el sexenio de Peña y logró echarla abajo en el actual gobierno? Sin la menor duda la CNTE: tanto la reforma constitucional y como sus leyes reglamentarias, apenas hace un mes, marcando así el cambio definitivo.

La trayectoria del SNTE desde su nacimiento en 1943, y aún en sus antecedentes, hasta hoy ha sido siempre de lucha por sus bases, pero desde 1949 el charrismo tomó su dirección con Robles Martínez y otros primero, con Jongitud Barrios hasta 1989 y Elba Esther Gordillo ese año, hasta que el PRI la encarcela, la sigue De la Torre, que fue parte de su gente. A ninguno de los dirigentes del SNTE de 1949 hasta hoy, se eligió por la base, sino desde “arriba”.

¿Qué tipo de cambio sindical será el que se anuncia hoy, de fondo o superficial? Dependerá de los maestros de base, de la oposición del magisterio y las direcciones del SNTE y la CNTE, de todos los que integran el gremio sindical más grande del país. Lo cierto es que no hay vuelta atrás. La caída del PRI y la 4T señalan otros rumbos.

El debate por la educación nacional y el papel del maestro es histórico, tanto por su consecución en los grandes momentos, como por su trascendencia en la vida nacional. En 1906 el Partido Liberal Mexicano de los Flores Magón, propone la educación laica, racional y científica en manos de un maestro, agente del cambio: de 4 siglos de educción de élites sociales, católica y fanática, que promovió analfabetismo en la mayoría del pueblo trabajador. La Constitución en 1917 recogió ese aporte y otros del PLM. Pero ponerlo en marcha fue el reto.

En 1934 la reforma por la educación socialista marca las diferencias entre los cardenistas y los callistas, los primeros comprometidos con el pueblo, la revolución y la Constitución, mientras que los segundos fueron meros simuladores, ninguna medida radical constitucional la impulsaron en los hechos: la reforma agraria, la educativa, energética, el apoyo a las luchas sindicales, etc.

El cardenismo 1934-1940, impulso la alfabetización popular y nacional, la educación laica, racional y científica; lo cual frenó Alemán de 1946-1952, abiertamente pro-yanqui, pro-oligarca y anticomunista. Qué duda cabe que el tema educativo ha estado presente en los años del neoliberalismo de 1982-2018, con una política económica y social contra el pueblo: nunca bajaron tanto el presupuesto oficial educativo y los salaros nacionales y los de la educación. Esos son hechos.

Este debate histórico entre los intereses populares y los oligárquicos, en donde la educación es fundamental para el desarrollo de la nación, ha estado en el fondo de todas y cada una de las luchas políticas e ideológicas de los siglos XX y XXI.

El debate que se expresa en la lucha de ideas, proyectos, en las calles y en logros o fracasos, que puede quedarse en buenas intenciones o en simulación; o bien, en un avance de proporciones enormes, no solo por ser el SNTE y la FEDESSP el sindicato y la federación más grande del país, respectivamente, aún mayor el SNTE que la CTM con apenas 850 mil miembros, como sobre todo por la trascendencia que tendría en la educación de la niñez y juventud, para salir de la crisis que dejó el neoliberalismo en todos los niveles educativos, culturales, económicos  e histórico. Toda vez que la educación expresa el nivel cultural, ético y el futuro del pueblo.

“Es necesario que todo cambie, para que todo siga igual”, decía el joven oportunista en la novela El Gatopardo de Lampedusa, en relación a la Italia de Garibaldi, que arrasaba monarquías a favor del pueblo que, sin embargo, la burguesía aprovechó para sí, sustituyendo a la clase dominante. Ambas hicieron a un lado al pueblo. Esa práctica política hoy se llama oportunismo o gatopardismo.

Ante la declaración radical de Cepeda Salas, demos el beneficio de la duda, para que los hechos hablen.

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