■ Luis Fernando Maldonado Moreno, titular de SAMA, compareció ante diputados
■ Explica que durante 30 años se podría dejar de extraer líquido de pozos y de esa manera los mantos acuíferos subirían su nivel
■ “Tan grave es nuestro problema que por eso nos vamos a gastar 6 mil millones de pesos para intentar resolverlo”
Durante su comparecencia este miércoles ante la Legislatura del estado, Luis Fernando Maldonado Moreno, titular de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA), aseguró que la presa de Milpillas resolverá el problema de abastecimiento de agua potable para el 42 por ciento de la población de la entidad durante 50 años.
“Este proyecto nos ayudará a resolver el abastecimiento de agua en esta zona del estado donde se concentra el 42 por ciento de la población (Zacatecas, Guadalupe y Fresnillo) durante 30 años”, expresó.
Manifestó que en Zacatecas se está implementando la misma estrategia que en el resto del país para resolver el problema del agua, el cual consiste en cambar las fuentes de abastecimiento. En este caso será mediante el agua superficial que provea la presa a través de un acueducto.
Con la presa de Milpillas, dijo que durante 30 años se podrá dejar de extraer agua de pozos y de esa manera los mantos acuíferos subirán su nivel, Después de ese tiempo, algunos pozos serán reactivados y, con un sistema híbrido, habrá abastecimiento de agua potable todos los días de la semana, las 24 horas del día, por 20 años más.
Milpillas está muy lejos de la capital, pero es la única zona donde disponíamos de agua según la Conagua, porque toda ya estaba concedida. Entonces se hizo el proyecto desde allá y tan grave es nuestro problema que por eso nos vamos a gastar 6 mil millones de pesos para intentar resolverlo”.
Maldonado Moreno indicó entonces que esa presa es uno de los proyectos más importantes que se ha realizado en los últimos años, pues se lleva a cabo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos,
El funcionario dio a conocer que para iniciar con el proyecto de la presa Milpillas se hicieron 9 estudios que incluyen aspectos geológicos y geotécnicos, bancos de materiales y, licitación técnica, y para el acueducto se realizaron diagnósticos sobre la factibilidad de ingeniería básica, la calidad del agua, riesgo y manejo de productos químicos en la planta potabilizadora y estudios de impacto ambiental.
Según expuso, también se elaboró un estudio de factibilidad jurídica-financiera para determinar la conveniencia para llevar a cabo el proyecto mediante un esquema de asociación pública-privada.
Indicó que en este momento el proyecto de la presa ya tiene licitadas las obras preliminares, pero no la presa en sí, debido a que primero se deben hacer los caminos para llegar al lugar y las obras necesarias para desviar el río.
Francisco Xavier Calzada Vázquez, del Partido Encuentro Social, comentó que el proyecto no ha sido aceptado por los ejidatarios de Atotonilco y El Potrero, pues se sienten agraviados en sus tierras y sus usos y costumbres.
Aunque se habla que el proyecto solución para los problemas hídricos en la zona conurbada de Zacatecas-Guadalupe, pero ante la inconformidad de los ejidatarios, es necesario que se esclarezcan los impactos social, económico y ambiental.
“No se trata de beneficiar a unos pero perjudicando a otros, sino buscar el equilibrio para el bien de todos. La captación, el tratamiento y el uso de aguas residuales también es un tema que preocupa porque hay más de 70 plantas tratadoras pero la mayoría de ellas trabaja al 50 por ciento de su capacidad”, dijo.
Gabriela Pinedo Morales, del Partido del Trabajo, cuestionó el método extractivo de cielo abierto que utiliza la industria minera, pues ha provocado daños ecológicos en cientos de kilómetros cuadrados y comunidades enteras han sido afectadas.
En ese sentido, señaló que la SAMA debe convocar a un foro para analizar, más allá de los intereses de las grandes corporaciones, las consecuencias que tendrá la minería a mediano y largo plazo, y hasta cuando generará más pobreza, enfermedades, contaminación y deterioro ecológico
Eduardo Rodríguez Ferrer, del Partido de la Revolución Democrática, expuso que las regiones de Zóquite y Osiris están contaminadas con arsénico y mercurio y ello está afectando la producción de forrajes y hortalizas.
En lo que respecta a la presa de Milpillas, lamentó que “acaban de asignar 180 millones de pesos, pero si queremos que la economía funcione, se debe redistribuir la riqueza y aquí la empresa beneficiada ya es muy rica, es filial del Grupo Plata”
Sugirió entonces que el proyecto sea asignado a 18 contratistas, que se les otorgue 10 millones de pesos a cada uno, y no solamente a una empresa, porque de esa manera hay una distribución equitativa.
José Guadalupe Correa Valdez, del Partido Acción Nacional, cuestionó que la presa Milpillas en realidad abastecerá a las mineras ubicadas en Fresnillo y la cervecera instalada en Calera, por lo que los beneficios para la población serán mínimos.
Mónica Borrego Estrada, del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), señaló que la solución para los problemas en el abastecimiento del agua y la recuperación de los mantos acuíferos no se resolverá con una sola alternativa, por lo que exhortó a que el tema se atienda con una visión integral e incluyente.
Refirió que el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a apoyar el proyecto de la presa Milpillas, pero que era sujeto a que primero se resolviera el conflicto con los ejidatarios que defienden legítimamente sus intereses.
