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jueves, 28 marzo, 2024
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Tráfico: entre el tránsito, el trasiego y la transa

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Por: SIMITRIO QUEZADA •

La Gualdra 349 /  El Picaporte

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Etimológicamente, “tránsito” significa “de un lugar a otro” (trans: a través de, situs: lugar). Es palabra tan general y tan antigua en el español, que incluso hay personas con este nombre: María del Tránsito, José Tránsito. Esto porque para la Iglesia Católica el 15 de agosto se celebra el tránsito del cuerpo de la Virgen María de la tierra a la casa de Dios (celebración que también se conoce como la Asunción).

El tránsito puede darse no sólo entre vehículos y en el bulevar, la carretera, la glorieta, el puente o las inmediaciones de la caseta: también entre sangre, hormigas, personas, y en venas, surcos, atajos, pasillos, patios, exposiciones, ferias de libros, reuniones y similares. Podemos decir: “Había mucho tránsito en la dulcería del cine”.

“Tráfico”, en cambio, es una palabra más reciente. Viene del italiano y se incorpora a los diccionarios de la Lengua Española en 1925. Su etimología es aún discutida y en este ámbito distinguimos al menos tres corrientes de interpretación.

El primer grupo lo integran quienes dicen que viene de “trans” y “ficare”, derivado de hacer. Traficar es “hacer de un lado a otro”: hacer que algo tome presencia o “aparezca” en otro lado.

El segundo grupo sostiene que “tráfico” viene de “trans” y “fricare”: tallar o fregar. De “fricare” viene “dentífrico” (el que friega o talla los dientes, aplicado al cepillo para nuestro aseo bucal). Fricare significa incluso transformar o llevar (o sea, “llevar de un lado a otro”).

Con este segundo grupo viene lo más interesante: para sus integrantes, “tráfico” es sinónimo de “trasiego”, un término acuñado en el campo semántico del contrabando, sobre todo de estupefacientes. “Trasiego” es sinónimo derivado del verbo “trasegar”, que tiene etimología en “transicare”: trans-ire, “ir de un lado a otro”, de donde también viene “transa”: el que obtiene ganancia de lo prohibido o lo ilícito.

Este ámbito de lo prohibido, lo ilícito o lo malo nos lleva a la tercera interpretación etimológica de “tráfico”: trans y “faecare” (se pronuncia “fecare”: cagar). Si para los griegos “cacos” significa malo (como en la cacofonía) y también ladrón, y de ahí viene “caca”, la materia fecal, para los latinos el que trafica o “trafeca” mueve de uno a otro lado la cochinada, la vergüenza, lo reprobable.

El tránsito, entonces, puede estar muy pesado o podemos crear una vía para vehículos enormes y llamarle “Tránsito pesado”. Existe el tránsito intestinal, el tránsito de hormigas, abejas, sangre, mariposas monarcas o ciclones. Existe el tránsito de almas del purgatorio al cielo, al menos para algunas religiones.

Tránsito es verbo intransitivo, con acción sobre el sujeto: “tú transitas por aquí”; tráfico es verbo transitivo, con acción directa sobre un objeto: “tú traficas esto por acá”. El significado actual de traficar es “comerciar”, “negociar”, aunque originalmente la palabra tráfico se ha ubicado entre el tránsito, el trasiego y la transa. Traficar ha sido poner mercancía en tránsito, y algunos se quedaron con la idea de que esa mercancía era necesariamente ilícita. Así, se habla de narcotráfico y no de narcotránsito. Los “polleros” trafican personas. Hay tráfico de influencias, favores o palancas. No es lo mismo el tránsito de migrantes al tráfico de migrantes. No es lo mismo el tránsito de huevos de tortuga (del interior de la madre al fondo de su nido) al tráfico de huevos de tortuga (por parte de contrabandistas).

A veces “tránsito” y “tráfico” son sinónimos: eso depende del contexto. Con todo, aprendamos a reconocer cada contexto. Estas orientaciones pueden ayudar.

 

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