Del 2016 al 2017 se triplicaron las quejas en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) asociadas a problemas generados por la contratación de créditos. Existe una relación directa entre las necesidades de liquidez de las personas y este aumento, que respecto del periodo referido pasó de 200 a los 600 casos atendidos.
Pero también refiere la falta de cultura financiera de los usuarios, quienes no leen cuidadosamente los términos de los contratos que celebran con las empresas crediticias, dijo Saúl Hurtado Rizo, subdelegado de la Región Occidente.
Detrás de esta práctica que afecta sus intereses, también se encuentra a veces una necesidad apremiante y el pensamiento de que luego de obtener el dinero que requieren podrán enfrentar de alguna forma el compromiso.
No obstante, comentó, luego de estamparse la firma deben asumirse las obligaciones contraídas, ya que recordó, “un contrato es el acuerdo de voluntades donde hay derechos y obligaciones de las partes”.
Cuando el documento ha sido signado “no se pueden hacer muchas cosas, pero sí genera un malestar porque les ofrecen –verbalmente- condiciones que no están plasmadas en el documento por escrito”.
Una de las variantes de alta incidencia que atiende la Condusef se refiere a los ofrecimientos para obtener una tarjeta de crédito que le aseguran al cliente, no le cobrará anualidad; mentira que se corrobora cuando llegan los estados de cuenta.
Hurtado Rizo alertó asimismo respecto de los créditos exprés que se publicitan muchas veces mediante volantes, periódicos y otros espacios públicos y cuyos ofrecimientos a los clientes refieren una mayor rapidez para su obtención, la no revisión de sus antecedentes en el Buró de crédito o proponen que esto no es una condicionante para otorgarles el préstamo, además de la omisión de otros requisitos.
“Pero el problema allí es que son muy caros”; a veces pueden llegar hasta el 50 por ciento de interés anual o más, dijo, cuando una institución financiera ofrece tasas de entre 12 a 13 por ciento o máximo de 18.
“La gente dice lo quiero a dos años y medio, pero como no ven lo que firman cuando acuerdan ya se los pusieron a cuatro años”.
Estos negocios muchas veces no están legalmente establecidos, y los hay aún “que piden dinero para prestarte”.
Refirió el caso de una usuaria que acudió justo la mañana del pasado miércoles 10 de enero, quien luego de ver un anuncio de un negocio de este tipo en una revista le depositó 20 mil pesos con el interés de obtener un préstamo de 50 mil.
“Ya no le contestan. Y la ficha de depósito está a nombre de una persona física, no de la empresa”.
Abundó respecto de esta modalidad que muchas veces constituye simplemente una forma de cometer un fraude, que los argumentos para solicitarle recursos a las personas refieren gastos de apertura de crédito, para el pago de fianzas o seguros, “y están pídele y pídele dinero a la gente”.
Ante quejas de este tipo la Condusef revisa si la institución está débilmente establecida y autorizada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y asimismo, regulada por el propio organismo o la Comisión Bancaria y de Valores, pero advirtió, en caso de no ser así, “lo único que le queda –a la gente- es acudir a la Procuraduría de Justicia del Estado a interponer una demanda contra quien resulte responsable para ver si se tipifica el fraude”.
Dijo que para que los usuarios se cercioren “con quién están tratando” pueden entrar a la página web de la Condusef (www.gob.mx/condusef) y revisar si la razón social de la empresa que ofrece los servicios financieros está establecida y regulada legalmente.
Hay que tener cuidado además, comentó, con la información que estos negocios solicitan, como el domicilio, la copia de la credencial de elector, la Curp y aun los números de cuentas bancarias, esto último en el supuesto de que “te van a depositar”, porque los casos también pueden derivar en el robo de identidad de las personas o cargos indebidos.
Lo importante ante este tipo de planteamientos es que si la gente tiene alguna duda debe acudir a la Condusef “o de plano que no firme”, dijo.
En diciembre de 2017 sólo por casos de instituciones no acreditadas legalmente ante la autoridad competente y reguladas, la representación del organismo en Zacatecas atendió aproximadamente a 40 personas “que entregaron dinero”.
Otra vez citó el caso de una mujer que deposito 50 mil pesos que le facilitaron en préstamo algunos familiares con la promesa de obtener en una empresa un crédito por 500 mil, “estaba toda angustiada”.
Saúl Hurtado reiteró que es importante revisar un contrato pormenorizadamente antes de firmarlo y observó que no puede condicionarse el que se estampe la rúbrica para luego hacerlo.
Es una ventaja comentó, el que en la actualidad la gente cuente en su teléfono con una cámara fotográfica para hacer una captura del documento “y darle una revisada, a ver si conviene o no”.
En términos generales el año 2017 la delegación en Zacatecas de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) atendió a 19 mil 900 personas. Mientras que el antecedente inmediato refiere que acudieron al organismo 16 mil 700.
La tendencia a la alta de quienes acuden ya se evidencia este 2018, pues con apenas dos días y medio de atención luego del periodo vacacional de diciembre, la numeralia expone que se han acudido ya a 200 personas, 40 más que en mismo periodo pero del año anterior, en misma cifra corresponden a interesados en obtener un crédito para la compra de un auto o de nómina, y que buscan la información de sus antecedentes en el Buró respectivo.
El funcionario atribuyó el fenómeno a dos elementos, “que está permeando la cultura de la queja” y que la gente confía en “una instancia donde va a ser escuchado su conflicto” generado por una institución financiera, sea banco, aseguradora, afore, etc.
Observó que la gente reclama ya por cantidades mínimas y presenta su queja exigiendo que se aclare su asunto, pero también porque muchas instituciones financieras de todo tipo adolecen de una calidad y eficiencia en el servicio.
