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jueves, 28 marzo, 2024
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La toma armada de la rectoría UAZ en 1977. La encrucijada actual. (primera de dos partes)

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

“Nuestro sistema de educación superior es, entonces, un territorio para quienes más tienen y sólo marginalmente ofrece oportunidad de educación a las mayorías empobrecidas del país.”
Hugo Aboites, rector de la UACM, 2017.

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Que 1968 el año en que se rebelaron los jóvenes de todo el mundo. A tal situación el historiador Fernand Braudel la denominó “revolución cultural” en la medida que los tres ámbitos principales de la cultura -la familia, los medios de comunicación y la enseñanza superior- sufrieron un sacudimiento que les cambiaría intensamente. Por primera vez los jóvenes asumían el papel de sujetos del cambio social. Aquella agitación revolucionaria mundial, obviamente adquirió características singulares en cada lugar.
Muchos de aquellos movimientos de protesta tuvieron su origen en el mundo universitario y surgieron como reacción contra formas institucionalizadas de autoritarismo o de injusticia social. En plena guerra fría, el mundo se enfrentaba a dos formas de poder: el imperialismo norteamericano y el imperialismo del bloque soviético. En ese contexto surgieron masivas protestas estudiantiles en distintos países, de las cuales aquí solo se mencionan algunas: en Berlín, donde los estudiantes confrontaron a sus padres y les cuestionaron su pasado nazi. “¿Papá, qué hiciste en la guerra?” y además pugnaron por reformas en la Universidad. El filósofo Marcuse, y otros miembros de la Escuela de Frankfurt, tuvieron gran influencia en ese movimiento estudiantil; en París, el Mayo Francés se caracterizó por una sucesión de huelgas y protestas espontáneas, que tuvieron como punto de partida los movimientos estudiantiles y se contagió a los sindicatos obreros generando una propuesta jamás vista que orilló al presidente De Gaulle a renunciar.
En Chicago, hubo protestas contra la guerra de Vietnam que estaba viviendo sus más devastadores momentos y simultáneamente se realizaron movimientos por los derechos civiles. Ese año fue asesinado el activista contra la discriminación racial, Martin Luther King, previamente galardonado con el Premio Nobel de la paz; en Checoslovaquia nació el movimiento aperturista conocido como –Primavera de Praga – que trató de instaurar “un socialismo con rostro humano”; y en la Ciudad de México, donde a partir del 26 de julio se iniciaron una serie de manifestaciones y marchas estudiantiles que criticaban el autoritarismo del gobierno, apoyaban las protestas del mundo, pedían se respetara la autonomía universitaria y exigían la libertad de los presos políticos, Todo lo anterior en vísperas de la inauguración de los Juegos Olímpicos en octubre.
Los mencionados fueron los mayores acontecimientos de la vida política de los países implicados. Si bien todos esos movimientos fueron reprimidos con brutalidad cimbraron a los gobiernos y cambiaron las formas autoritarias de gobierno.
Según el sociólogo francés Alain Touraine, estos movimientos globales constituyeron la semilla de la que han germinado muchos de los mejores avances sociales de los últimos 40 años: la liberación de la mujer en el mundo desarrollado, el protagonismo creciente de la sociedad civil. A partir de entonces surgió cierta sensibilización respecto a diversas formas de autoritarismo, valga mencionar el de los hombres respecto a las mujeres, de los padres con relación a los hijos; de los profesores con los alumnos; de los empresarios con los obreros y de los gobiernos con los ciudadanos.
Cabe hacer notar que el movimiento estudiantil en México, que en este 2018 cumplirá medio siglo, continúa palpitando cuando el estudiantado grita como consigna: “Dos de octubre no se olvida” para recordar aquel asesinato de estudiantes por el ejército en la Plaza de las Tres Culturas, cuando se estaban manifestando en contra del gobierno represor de Díaz Ordaz. A pesar de los asesinatos, encarcelamiento y persecución de muchos dirigentes, este movimiento es un hito, cuando de analizar los problemas políticos y sociales del país en el siglo XX se trata.
Tal movimiento estudiantil, generador de democracia, no concluyó del todo en 1968, porque al haber despertado conciencias, continuó sus efectos en universidades de diversas entidades federativas.
En ese año en que los jóvenes del mundo se movilizaron para exigir ser escuchados, concretamente en la ciudad de Zacatecas la novedad era que el Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas se transformaba en Universidad Autónoma de Zacatecas -6 de septiembre de 1968- en respuesta a la lucha de la comunidad estudiantil por conseguirlo.
Cabe hacer notar que en la Institución prevalecía el modelo de educación tradicional verbalista y repetitiva. El conservadurismo permeaba todo el quehacer docente y administrativo.
Al convertirse el ICAZ en UAZ, el incremento de carreras, así como las exigencias de la incipiente investigación y extensión como actividades sustantivas de la institución, propiciaron la incorporación de docentes procedentes de otros lares, que oxigenaron la dinámica universitaria. Fruto de lo anterior fue la realización del Simposium de Reforma realizado en 1971, y que tuvo entre sus resolutivos convertir a la UAZ en una institución educativa: Científica, Crítica, Democrática, y Popular.
Grandes repercusiones habrían de tener tales premisas al convertirlas en acciones concretas, las cuales tuvieron peso en la conformación del Frente Popular de Zacatecas en 1974 y en la ocupación de la rectoría de la UAZ -10 de enero 1977- por un grupo de encapuchados armados, con la participación de fuerzas policiacas. Esta crónica continuará.
Así se observa el mundo desde el Mirador de Heródoto.

*Cronista de la UAZ.
[email protected]
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