Autora: Perla Yanet Rosales Medina
Residencia: Guadalupe, Zacatecas, México
El mariachi mexicano
sin trompeta se quedó.
No hay orquesta que lo supla
en su canto pal panteón.
Cempasúchil ya bien listo
para homenaje a los ancestros brindar.
La Calaca, hasta los huesos, no dejaba de llorar.
Que aparezca esa trompeta y nos ponga a bailar.
Los difuntos, vivitos y coleando,
la alegría mexicana estaban esperando.
Que nos traigan La Llorona
o ya de mínimo un huapango.
Ya la gente comentaba “haiga aste’ de saber
dónde la Muerte merodeaba”. Esa cabrona
huesuda la fiesta nos anda acabando.
La Muerte envió un mensaje
que a nuestro pueblo hizo llegar,
que se acaben ya sus guerras,
que sin trabajo me van a dejar.
La Muerte, muy honesta,
-Para qué quieren una fiesta,
si, entre ustedes, bajo tierra se quieren echar-.
Les regreso la trompeta, si la buscan a la paz.
La gente, muy azorada,
no sabía qué contestar,
pues la Muerte, muy sabionda, les hizo reflexionar.