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martes, 16 abril, 2024
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Antonio Presti: El mecenas siciliano, el revolucionario

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN • admin-zenda • Admin •

La Gualdra 258 / Arte

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Traducción de Giulia M. A. Forzano

Antonio Presti nació en Messina, Sicilia, Italia, el 12 de mayo de 1957. Es el presidente de la Fundación Fiumara d’Arte; desde que heredó la fortuna de su padre (un empresario de la construcción) ha invertido su patrimonio en un proyecto que consiste en apoyar la creación y la difusión del arte en territorio siciliano. Presti tiene una relación muy especial con la belleza.

Realizó estudios de Ingeniería en la Universidad de Palermo; carrera a lo que no se dedicó pues la muerte de su padre hizo que cambiaran sus planes de vida. Al ser el único heredero, Antonio Presti tomó la decisión de emprender el que se convertiría en uno de los proyectos de arte público más importantes de Europa: un parque de arte integrado actualmente por una serie de más de 10 esculturas de gran formato (realizadas por diferentes artistas italianos), cuya instalación le ha traído innumerables conflictos con la autoridad –su espíritu transgresor le motivó a instalar esas obras de arte monumentales en terrenos gubernamentales con el argumento de estar “generando belleza-, que poco a poco ha ido solucionando.

Así es él, uno de los mecenas italianos más importantes en la actualidad, y quien el pasado mes de julio nos invitó –a los artistas zacatecanos que realizaban una estancia en San Piero Patti, a los integrantes de la Asociación Schegge D’arte y a quienes les acompañábamos- a visitar “La Fiumara” y a pernoctar en su hotel, que es también otro de sus grandes proyectos artísticos. El Hotel Atelier sul Mare es un hotel-museo situado en la costa norte de Sicilia, en una comunidad llamada Castel di Tusa; el espacio está dedicado al arte contemporáneo y 20 de sus 40 habitaciones son espacios intervenidos por artistas reconocidos internacionalmente como Danielle Mitterand, Agnese Purgatorio, Cristina Bertelli, Mario Ceroli, Fabrizio Plessi, Mauro Staccioli Renato Curcio, Maria Lai, Raoul Ruiz, Paolo Icaro, Luigi Mainolfi, Michele Canzoneri, Hidetoshi Nagasawa, Sislej Xhafa, Vincenzo Consolo, Umberto Leona y Ute Pyka. Desde los 24 años que quedó huérfano, tuvo la claridad de no hacer ningún trato ni ningún tipo de concesión con la mafia, lo que le ha traído múltiples problemas; ha sido incluso víctima de varios atentados y eso no ha sido suficiente para frenar su proyecto de educación y sensibilización artística.

Este hotel, será demolido antes de caer en manos de la mafia cuando él muera; así lo ha estipulado. A un costado se encuentran las instalaciones de su fundación, una organización que trabaja por y para la niñez y juventud sicilianas y ahí quedaron los platones de cerámica intervenidos por los zacatecanos Jesús Reyes Cordero, Javier Cortez, Juan Carlos Villegas, Juan Carlos Herrera, Alberto Ordaz, Iván Leaños y Omar Lemus, a invitación expresa de Presti.

Fue en la terraza de residencia, en la parte alta del Hotel Atelier sul Mare, que nos recibió y compartió con nosotros una deliciosa cena elaborada por “María bonita” -su cocinera-, vino de su casa y una amena plática. Antonio Presti puso sobre la mesa también una estrategia de vida: ver más allá de lo evidente, buscar la invisibilidad de las cosas que se hacen con el alma, generar conocimiento y difundir la belleza.

 

Jánea Estrada: Afirmas constantemente que el arte debe ser revolucionario, ¿por qué?

Antonio Presti: Porque el arte ahora más que nunca tiene que poner en primer lugar el alma y en este momento hablar a las almas es una acción revolucionaria.

 

JE: El arte tiene que hablar con el alma. Por eso cuando fuimos a visitar la escultura de la pirámide en la Fiumara d’Arte entendí a qué te referías con “la importancia de la invisibilidad”. ¿Es ése el objetivo del arte actualmente?

AP: Quizá en este momento, en el arte, sea más importante la necesidad de restituir la vista del invisible, de lo invisible. Hay un poder en el mundo que está trabajando siempre para hacer ver a los ojos ciegos sólo lo que aparece en lo inmediato, los ojos tienden a ver sólo las apariencias. Hay otros ojos, los que están conectados con el corazón, ésos son a los que hay que devolver la capacidad de ver no sólo las apariencias, sino lo que está más allá, lo presente, pero que no se percibe tan fácilmente. El gran mal de nuestro tiempo es la ceguera, y la vía del nuevo humanismo puede devolver la vista a los hombres hacia lo invisible, es decir, a la parte espiritual de cada ser humano.

 

JE: Hablas de “la ceguera” que tenemos, ¿crees que la utilización sin control de la tecnología contribuye a acrecentar la ceguera social? ¿O la tecnología puede contribuir a que “veamos” más?

AP: La tecnología trabaja para bajar los estadios emocionales, entonces las nuevas generaciones que tendrán como lenguaje de comunicación lo tecnológico, tendrán un lenguaje sin emociones. Para decirle a alguien que lo quieres, tienes que mirarlo a los ojos y tienes que hacerle una caricia. Si a la misma persona le escribes sólo un mensaje que diga «te quiero», sin mirarlo a los ojos y sin la caricia, no hay emoción. Tenemos que poner atención a que las nuevas generaciones no tengan rutas emocionales muy bajas, gobernadas por el poder de la tecnología. La tecnología puede ser también una dictadura de control de la sociedad, desde la vida privada hasta la pública. Necesitamos tomar de nuevo la libertad en nuestras manos. Un acto de libertad podría ser tomar una terracota, una cerámica, pintarla y guardarla en las profundidades del suelo, eso sería más potente que el mismo Google –que mañana lo pueden quitar-. Tenemos que volver a escribir sobre la arcilla palabras de belleza para el futuro, escribirlas en una computadora no tiene belleza, mucho menos futuro.

 

JE: Desde hace unos años, has destinado gran parte de tus recursos, parte de tu fortuna, al rescate, la promoción y difusión del arte, ¿por qué tomaste esta decisión?

AP: Yo siento gran devoción por la belleza; si hubiera sido sacerdote ahora sería santo [bromea]. Yo soy un poco como San Francisco y San Agustín pero no con su credo; mi iglesia es el arte. Mi devoción por la belleza siempre ha sido sólo por ella misma, por el arte; por restituir y no por donar. He pretendido con esto hacer una ruta de restitución.

 

JE: ¿A qué te refieres con eso “restitución”?

AP: Restitución del corazón; restituir el valor de donar y no de tomar y acumular. Los hombres que pueden dar la belleza a las almas, que tienen este corazón para crear belleza son los artistas, a ellos hay que sumarlos, hay que apoyarlos.

 

JE: Hablas constantemente de la importancia de generar conocimiento en los niños, hablemos un poco de eso ¿cómo el arte puede generar conocimiento?

AP: La dictadura que hay en el mundo quiere ver crecer las nuevas generaciones ignorantes y bárbaras, quitándoles el conocimiento. Están destruyendo los templos del conocimiento; la escuela es su templo y puede guiar a una sociedad democrática; la religión no puede hacer eso, y sí puede generar divisiones. El conocimiento es para todos, es el único acto democrático. Si hay conocimiento, hay democracia; y si hay ignorancia, hay dictadura. La tecnología es el instrumento de la dictadura mundial, está trabajando para opacar el alma y las emociones.

 

JE: Ahora bien, viendo el grave problema de migración que hay por ejemplo en Sicilia, o en México, me surge la duda de cómo enfrentarlo…

AP: El principio son los vasos son comunicantes; mucha gente se va y mucha llega. La migración no es el problema. El problema es entender a dónde va la gente, eso es importante comprenderlo. Hoy el problema es entender cuál es el motivo… y no es por el trabajo, el que migra buscar alcanzar una meta en su vida. Es un problema de cultura, democracia y libertad. La gente ignorante váyase a donde se vaya será siempre esclava; la gente con conocimiento nunca será esclava de nadie, aunque lo encadenen encima de una montaña; con conocimiento, el hombre no será jamás esclavo de nadie. La gente y las nuevas generaciones necesitan saber esto. Yo fui revolucionario; antes habría podido hablar de poner bombas, hoy nuestra “bomba”, nuestra revolución, es darle a un joven un libro para que lo lea; así el joven será revolucionario. Hoy lo que el sistema define como terrorista no lo es tal; ésa es la política que ellos quieren hacer. Lo que le aterra al sistema hoy son los jóvenes que leen un libro más cada día; los lectores aterrorizan al sistema porque éste quiere que sean ignorantes. El terror de este sistema es el conocimiento y por eso trabaja para destruirlo; el verdadero terrorista es el que evita a toda costa que los jóvenes tengan un libro en sus manos.

 

JE: ¿Difundir el conocimiento es lo que debemos hacer para enfrentar el proceso de violencia que estamos viviendo?

AP: El poder decidió hacer guerra, sembrar terror con falsos atentados, tan falsos como el aterrizaje sobre la luna; es falso el último atentado. Éstos no son productos del terrorismo, son producto de una política de guerra que ellos quieren hacer así porque así les conviene. Desafortunadamente, la gente que cae en atentados de este tipo es sólo carne de cañón, gente inocente.

 

JE: ¿Tú mismo has sufrido atentados?

AP: Sí. La mafia me ha puesto tres bombas.

 

JE: ¿Por qué?

AP: Por la mafia misma, por el dinero, la corrupción. Ahora tengo 60 años, y puede decir que agradezco a los enemigos mafiosos que atentaron contra mí, porque gracias a ellos entendí lo que es la belleza. No los odio.

 

JE: ¿Cultura de la paz?

AP: No es cultura de la paz porque no tengo pensamiento de guerra, es un pensamiento universal de belleza.

 

JE: ¿Entonces la belleza puede ser una estrategia política?

AP: La belleza es una condición del alma, que puede ser una política del universo y no de un partido, ni de un poder y ni del dinero. Los artistas, cuando no tengan dinero no tienen por qué estar tristes, en todo caso deben agradecer porque su alma nunca sirvió al dinero, ni al poder, ni a las mafias. Así, sin dinero, sirven el alma y la belleza. Yo prefiero morir por la belleza y sin dinero; por eso decidí donar mi dinero también; así se destruye el poder del dinero. Prefiero el poder del arte, de la utopía y de los sueños. Y sólo los artistas pueden hacer realidad ese poder, sólo aquéllos que no sirvan al dinero y sirvan al alma.

 

Poco tiempo antes, mientras conversábamos acerca de México, nos habló de la amistad que le une a Paco Ignacio Taibo II, de la admiración que tiene hacia su trabajo creativo y el respeto que le merece su labor como activista social, por eso quisimos cerrar con esto la entrevista.

 

JE: Y ya por último ¿qué es lo que te une a Paco Ignacio Taibo II?

AP: Nos une la idea de una revolución. Nos divide la Coca-Cola… y les digo a todos: “No beban Coca-Cola, ése también es un acto político”.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-258

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