La Gualdra 242 / Río de palabras
Con tanto sol no hubo mejor sitio para pasarnos las manos que dentro del mar
corrimos hacia la espuma
y en la espuma nos corrimos el uno dentro de la otra
y es que en el oleaje
uno puede distraerse tanto de las formas violentas que han querido separarnos
ella que se somete al sol y deja el cuerpo siempre presente
sus negros pezones y las plantas blancas de sus pies
cómo me gusta mirarla cubrirse la desnudez con los granos de arena
si al final del día ella hubiera significado algo
seguro estoy que el sargazo me lo hubiera dicho
quedar atrapado entre sus piernas
y con el vientre ir golpeándome el ombligo
ah, esas sus piernas tan líquidas
y la hermosa sal que nos calcina.
*Mérida, Yucatán (1975).
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