■ Importante, analizar el suceso histórico por el impacto que tuvo en la vida del país: Garciadiego
■ El gobernador Miguel Alonso inaugura el coloquio Zacatecas: los días de las armas
Durante la conferencia inaugural del coloquio Zacatecas: los días de las armas, el historiador y politólogo, Adolfo Gilly, afirmó que la Toma de Zacatecas puede ser pensada como el cierre de una breve y violenta campaña sin censuras o como el encuentro final de una prolongada batalla de episodios en Torreón (entre el 30 de marzo y 2 de abril), San Pedro de las Colonias (13 de abril), Paredón (17 de mayo), Saltillo (20 de mayo) y Zacatecas (23 de junio).
Expuso que la División del Norte fue un ejército en guerra contra el gobierno enemigo, su ejército federal y en desobediencia hacia su propio gobierno. En esas condiciones, “estaba obligada a vencer y debía hacerlo rápido en un asalto violento y seguramente costoso contra la bien defendida plaza de Zacatecas”. Así, el 23 de junio quedó destruido el ejército federal y sellada la suerte de Victoriano Huerta, quien renunció poco después y partió a un exilio sin regreso.
Después de todas esas victorias, reviró, los generales Francisco Villa y Felipe Ángeles acordaron marchar de inmediato hacia Aguascalientes y posteriormente hacia la meta material y simbólica de la Ciudad de México, para después replegarse nuevamente a Chihuahua.
Gilly aludió al diario de Ángeles, en cuya última entrada, escrita el 8 de julio de 1914, casi dos semanas después de la batalla de Zacatecas, en la que expone sus sentimientos en el momento del repliegue: “triste y a la vez delicioso rodar de nuestros trenes por los ahora verdes campos del estado de Chihuahua. Rápido desfile de poses y arbustos ante el cuadro de una ventanilla tras de la cual garabateé estos apuntes sobre mis rodillas”.
Cuestionó el uso de las palabras “triste rodar”, utilizadas por Ángeles a pesar de que no habla de derrotas ni de guerras, pero señaló que “basta mirar en un mapa la larga línea del avance desde Chihuahua hasta tomar Zacatecas, y la larga línea de la retirada hacia el punto de partida, la ciudad de Chihuahua, para comprender la amargura de esas palabras”.
“Zacatecas había sido la última hazaña de la zaga de la División del Norte antes de replegarse hacia su tierra de Chihuahua y la última batalla del ejército federal antes de disolverse en la derrota”, agregó el profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Después cayó Victoriano Huerta y se firmaron los Acuerdos de Torreón, que incluyó la cláusula número 8 que abrió camino a la Convención de Aguascalientes. Así, “la guerra de la división había concluido y había vencido. Era ya ahora el movedizo terreno del arte de la política, donde son otros los modos y las reglas”, concluyó Gilly.
Previo a la conferencia, el gobernador Miguel Alonso Reyes inauguró el coloquio, quien comentó que la Batalla de Zacatecas definió una serie de contribuciones de incalculable valor para la vida nacional actual a un alto costo en vidas humanas perdidas, en destrucción y sufrimiento, motivo por el cual la investigación histórica juega un papel importante en este festejo.
“Recordar la importancia de preservar la paz, fundamentalmente, mediante la unidad y el poder del diálogo por encima del estruendo de las diferencias, valorar acuerdos y continuar la construcción de nuestra democracia”, expresó.
Manifestó además que los zacatecanos están orgullosos de las aportaciones que como estado han hecho a la vida de México, y son conscientes de que la historia y cultura son factores que sellan la identidad de una nación.
Por su parte, Javier Garciadiego Dantan, presidente de El Colegio de México (Colmex), se refirió a la importancia de analizar dicho suceso histórico por el impacto que tuvo en la vida del país y sugirió se edite un libro sobre el coloquio.
Finalmente, comentó que en el evento participarían especialistas de la UNAM, el Colmex, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad Autónoma de Zacatecas, entre otras.
