«Por sus frutos los conoceréis”, reza el adagio bíblico. Y los resultados son negativamente contundentes: antepenúltimos en el medallero nacional en deporte, y crecimiento económico negativo. Para que un estado mantenga un nivel mínimo en creación de empleo y no caiga su nivel de vida, debe crecer no menos de 4 por ciento al año. En el país, el promedio de crecimiento de los últimos 10 años está por debajo del 1 por ciento, y Zacatecas está por debajo de la media nacional. En el deporte, el estado de Zacatecas se ubica en los últimos lugares del país. ¿Qué indican estos dos datos de aspectos aparentemente desconectados? Pues lo que indican es la ausencia de diseños de política pública basados en el enfoque de Desarrollo Humano, como lo anunciaron al inicio de la administración, que permite diseños de política coordinados y transversales.
La coordinación se refiere a la manera en que un sector del desarrollo potencia el de otro sector, pero lo que vemos es que el ejercicio de gobierno está sectorizado, desconectado, incluso en áreas de bastante afinidad, como el deporte y la educación; mucho más lo están las áreas de la economía con la educación. En suma, si se hubiera asumido en serio el enfoque de Desarrollo Humano, tendríamos el diseño de políticas públicas coordinadas y los impactos, de igual manera, se verían tanto en el crecimiento económico, como en el deporte, la salud y la educación.
Por lo que atañe a los resultados aciagos en deporte, se complementan con las cifras en obesidad infantil y en diabetes: Zacatecas está muy arriba en estos dos aspectos preocupantes de la salud. Y si nos asomamos a las escuelas para ver el tipo de educación física que ahí se ofrece nos encontramos con porcentajes nada gratos de profesores de educación física con sobrepeso y sin programa deportivo; lo que observamos es que sacan a los niños y jóvenes al llamado “recreo”, y por ningún lado encontramos programas sistemáticos de entrenamiento físico o deportivo. La descoordinación entre Incufidez y Seduzac es colosal, cada entidad actúa por su lado. No esperemos que existan ejes transversales entre desarrollo económico y educación.
El enfoque de Desarrollo Humano que se había pactado con el PNUD, implica la incorporación del pensamiento complejo en el diseño de las políticas, lo cual a su vez se traduce en intensa coordinación para generar sinergia en los resultados y en los impactos. ¿Por qué se abandonó el enfoque que muchas ventajas traería? No lo sabemos, pero lo que tenemos ante los ojos es el cúmulo de frutos negativos de dicho abandono. Además, en este mismo enfoque el cultivo físico es esencial y no un mero relleno. Y las estrategias de empleo que privilegian el mercado interno en su complejidad potenciando la red de actores económicos locales, también es parte de este enfoque. Sin embargo, recibimos las cifras de una magra cosecha de resultados: últimos lugares deportivos, población diabética y crecimiento económico anodino.
