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jueves, 28 marzo, 2024
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¿Nueva ley de educación o vieja práctica de maiceo?

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Por: MARÍA MAGDALENA HERRERA CARRILLO •

Maiceo es un término bastante coloquial pero revelador. En política, se ha entendido como un modo de operar bastante extendido que en nuestro país han utilizado los poderosos para continuar ostentando el poder o para obtener aún más; consiste en otorgar alguna prebenda a cambio de obtener o conservar el consenso de los gobernados hacia alguna decisión o política que para la dinámica del poder es necesaria. Usualmente han recurrido a los sindicatos como principales interlocutores y agentes de instrumentación del acuerdo. Los sindicatos, o más precisamente, las cúpulas sindicales, encuentran siempre la manera de mostrar a sus agremiados las bondades de las concesiones obtenidas. La historia de esta práctica en México es amplia y ha sido una manera bastante eficaz de lograr la cooptación de los sindicatos, hasta llegar a extremos fatales de corporativismo.

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En el caso de la ley estatal de educación, que recientemente propuso el Ejecutivo y fue aprobada con punto y coma por el Legislativo, el ofrecimiento o prebenda que aportó el gobierno para lograr el maiceo, fue el artículo 12. Ese artículo regula o especifica en qué términos se llevará a cabo la readscripción de aquel docente que no obtenga resultados favorables en la tercera evaluación.En la primera versión de la Ley General del Servicio Profesional Docente, propuesta por Peña Nieto, se establecía que al no aprobar en la tercera evaluación, el docente sería retirado del servicio sin responsabilidad para la autoridad educativa. Posteriormente, en respuesta a la presión que ejercieron las movilizaciones magisteriales, se agregó un octavo transitorio en el que se dispuso que tal maestro no será despedido, sino reubicado en el servicio público. En Zacatecas, en el proceso de armonización que servilmente adoptaron los poderes locales (que más bien parecen oficinas operativas del poder federal) el octavo transitorio se concretó en el artículo 12, en el cual –decíamos- se intenta definir de qué manera se realizará la readscripción.

En el proceso de readscripción, reza el ordenamiento, se conservarán sueldo, prestaciones, antigüedad, carga horaria, pensión, jubilación, etc. En otras palabras, con el artículo, el Ejecutivo y el Legislativo local, desde su óptica, otorgan la protección que han reclamado los docentes.

Desde el discurso del gobernador, secretario de educación y sindicatos “charros” (secciones 34 y 58 del SNTE y la que parece su nueva sección, el SITTEZ) las asperezas que la Reforma Educativa generó en el sector magisterial están limadas, el conflicto está resuelto, los profesores deben estar tranquilos y reposar en sus laureles porque sus derechos están salvaguardados. Así, ellos, los del poder,otorgan protección y los docentes otorgan su consentimiento a la Reforma Educativa. Maiceo, pues.

Lo que no dicen, lo que queda oculto en todo ese fangoso maiceo es:

Que los profesores con dignidad y con conciencia histórica, no tienen por qué estar agradecidos de que les respeten sus derechos que con luchas y esfuerzos han ganado. Conservar salario, antigüedad y otras prestaciones no es ningún logro sindical.

Que con el artículo 12, baluarte de la protección de los derechos del magisterio, se hace legal que el docente sujeto a readscripción pierda su lugar de base, que por derecho escalafonario había ganado. En ese caso, es facultad de la Secretaría designar el centro de trabajo al que deberá removerse el docente, quien queda a disposición de la Secretaría para ser reubicado. El derecho escalafonario, que es constitucional, queda anulado ¿Es esa protección la que deben agradecer los maestros?

La readscripción, gracias al artículo 12, se realizará en la misma escuela, zona, municipio o municipio más cercano a su domicilio ¿Quién espera ver al docente satisfecho con estas determinaciones? ¿sabe que un movimiento de esa naturaleza implica,  cambio de residencia, pago de renta y viáticos?

Respecto del ingreso al servicio docente ¿sabía usted que para ingresar a la docencia, estudiar en y egresar de la Escuela Normal es lo de menos? El 13 de febrero pasado, la SEP publicó que los únicos instrumentos de evaluación para el ingreso al servicio docente, serán dos exámenes de 80 reactivos cada uno. Estos serán de diseño nacional, es decir, estandarizados, por lo que la duda asalta: ¿Qué magnánima cabeza elaborará tales exámenes, que con 160 reactivos se puede saber mejor que con el paso por 5 años en la Normal, si alguien es apto para la docencia? Además ¿Cómo confiar en la calidad moral de quienes aplicarán y revisarán esos exámenes?

Después de tanto, se escucha triunfante el canto del gobernador y del secretario de Educación, y se escuchan-acompañando el canto- vergonzosos los platillos que tocan los sindicatos. Los diputados, al parecer, han optado por la comodidad del silencio… ¿Y los maestros? ¿Qué ocurrirá con sus voces que desde el año pasado buscan oídos? ■

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