México, DF. La violinista Ji-Hae Park, en la que es su primera visita a México y la primera ocasión que toca en una estación del Metro, emocionó y contagió su carismática energía a centenares de personas que transitaron la tarde de este martes por la estación Chabacano, en la capital del país.
Fue una presentación de 45 minutos, como parte de la edición 30 del Festival Centro Histórico México, en la que la reconocida intérprete de origen coreano prodigó su depurada técnica y poderosa vitalidad en un atractivo programa en el que la música clásica fue llevada a los parajes del rock y el pop.
¿Quinientas, 600, 700 personas? Las autoridades y personal de vigilancia del Sistema de Transporte Colectivo Metro no precisaron la cifra de los allí reunidos en tan singular concierto. Era un tapiz humano que se movía cual olas marinas siguiendo los ritmos de las piezas.
Fue una inusual presentación en la que la concurrencia vibró y se entusiasmó con las febriles versiones de El invierno y La primavera, de Las cuatro estaciones, de Vivaldi; El vuelo del abejorro, de Rimsky-Korsakov, y el influjo gitano de las Csárdas.
Acompañada en el teclado electrónico por su compatriota Miloy Canete, Ji-Hae Park dio cuenta de que la música ‘‘es una expresión de alegría y esperanza”, como ella lo dijo al presentarse.
Y que no importa si se trata de una obra clásica o pop, porque finalmente el sentido de la música es el mismo: conmover, decirnos algo y hacernos sentir mejor, como dijo en inglés al enjambre de personas que atiborró uno de los pasillos de conexión de esa estación, la cual es una de las mayor afluencia, pues enlaza a tres líneas de ese sistema de transporte público.
Esta presentación tuvo lugar de forma previa al concierto que Ji-Hae Park ofrece este miércoles, a las 19:30 horas, en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el Centro Histórico.
