¿De qué morían los zacatecanos hacia 1878? ¿Cuáles eran sus principales males que los llevaban a la tumba, a la eternidad, al olvido? La historia de los hospitales en nuestro estado es también heróica, por demás interesante y llena de singulares hazañas, dolores muy agudos, cifras llenas de terror y desencanto.
En una revisión en las galeras de nuestro Archivo Histórico Municipal los datos son desalentadores y acaso llenan de pesadumbre por tales cifras: tan sólo en el mes de octubre de ese año la lista se ennegrece: meningitis, neumonía, diarrea, derrame cerebral, disentería, tisis pulmonar, silicosis (el terrible mal de los mineros), heridas mortales por arma de fuego, hepatitis, quemados, ahogados, etc.
Los médicos y personal de los hospitales cumplían con los reportes para autopsias, asuntos legales para el traslado de los cadáveres, campañas para la donación de medicinas, y la ciudad estaba presta para recibir a enfermos de todas las latitudes del estado, aunque en muchisísimas ocasiones no se daba abasto.
Dice un reporte:“hoy a las nueve de la mañana falleció a consecuencia de una herida de arma de fuego Mario Contreras, era de 11 años de edad, célibe, originario de Real de Catorce y vecino de esta ciudad, hijo legítimo de Sixto, Difunto, y de Apolonia Vazquez, que vive”
Otro:“ayer a las 3 de la tarde se recibió en este establecimiento para su autopsia el cadáver de un individuo desconocido, se ignoran sus generales, lo que participa a Ud. A que sirva expedir la orden respectiva para la inhumación del cadáver. Dios y Libertad. Zacatecas. Febrero 1, 1874. Juez del Ramo Civil. Presente”.
La paleografía cambia conforme a los años. El asombro nunca. Luego escribiré sobre la heroicidad de muchos médicos, enfermeras y personal que tenían siempre los ojos bien abiertos ante el cúmulo de desastres que siempre deja la miseria ancestral de los zacatecanos. ■
