Atlacomulco, Méx. Con sus paisanos y evocando a Isidro Fabela para decir que se siente “a sus anchas” cuando regresa a Atlacomulco, el presidente Enrique Peña Nieto insistió: “2014 debe ser un año que nos permita traducir los cambios estructurales en beneficios tangibles para la población, lograr el crecimiento económico y encontrar mayores fórmulas e instrumentos para combatir la pobreza, la marginación y la desigualdad”.
En la plaza central de Atlacomulco, el mandatario develó la placa con la cual se amplió a cuatro carriles la carretera entre Palmillas y esta población. Desde su llegada saludó a sus paisanos, que no sólo se concentraron en el centro, sino a lo largo de la avenida que recorrió el convoy presidencial.
La inmensa mayoría de los pobladores -muchos de ellos incluso se trasladaron desde los municipios aledaños- le dedicaron vítores y saludos de bienvenida. Sin embargo, casi al principio del recorrido entre el helipuerto y el zócalo también apareció un pequeño grupo de ciudadanos que mostró su rechazo a las políticas del mandatario a través de gritos y carteles.
Ya en su mensaje el presidente Peña afirmó que con el presupuesto autorizado para este año a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, superior en 41 por ciento al ejercido en 2013, “queremos hacer de México un centro logístico para el mundo entero; que lleguen inversiones productivas, que sepan que hay aquí una red carretera que los comunicará con el interior del país a distintos puntos y con el mercado de América del Norte”.
Hacer en suma, dijo, un país más competitivo que tenga una adecuada y suficiente infraestructura para propiciar menores costos de producción, más productividad y beneficios económicos para las familias, así como que los productos mexicanos compitan con los de cualquier otra parte del mundo.
Antes de despedirse, Peña Nieto evocó las palabras de su paisano Isidro Fabela para ratificar su compromiso de servir bien y entregar resultados “para el beneficio y progreso de toda la nación”.
