Las modificaciones que emprenda Gobierno federal en relación a las políticas educativas, especialmente a aquellas orientadas a la evaluación docente, deberán ofrecer resultados concretos, pues el compromiso signado entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Poder Ejecutivo del sexenio anterior no derivó en resultados positivos, afirmó Omar Pereyra Pérez, secretario general de la sección 34 de ese gremio.
Recordó que el sindicato firmó un compromiso ante el titular del Poder Ejecutivo del sexenio anterior para que los maestros se sometieran a una evaluación, pero sus resultados nunca derivaron en acciones que permitieran mejorar el sistema educativo, es decir, fue un proceso que quedó inconcluso.
Además, dijo que nunca hubo certidumbre sobre el uso que se le darían a los resultados de las evaluaciones docentes y al final fue un aspecto que quedó pendiente porque nunca se implementaron acciones que los tomaran en cuenta tales como procesos de capacitación de los profesores.
Sin embargo, ni siquiera se definieron aspectos básicos como sedes o lugares donde los trabajadores de la educación recibirían la capacitación correspondiente, de manera que a final de cuentas no se ejerció con plenitud el acuerdo signado con Gobierno federal en mayo de 2011.
Pereyra Pérez reiteró entonces que independientemente de las políticas que el actual Gobierno federal defina, el SNTE tiene la disposición de mantener mecanismos de evaluación de los maestros, pero sólo si hay fines y propósitos claros y si se garantiza que no se afectará la permanencia en el sistema educativo.
“No hubo la concreción final del compromiso que se había establecido y faltaron algunos detalles que no permitieron que tuviéramos una continuidad en ese proceso de evaluación”, agregó el dirigente sindical.
Entonces, señaló que toda política pública implementada en materia de educación, debe ayudar a mejorar los servicios educativos, pero en este momento no hay claridad sobre los nuevos procedimientos mediante los cuales se aplicarán las evaluaciones.
Además, dijo que no basta con que se ofrezcan cursos o capacitaciones para los maestros, sino que haya espacios reales para que los trabajadores de la educación reciban una instrucción adecuada de acuerdo a lo que exige el contexto actual.
Pereyra Pérez aseguró, por último, que el SNTE no rige la educación como frecuentemente se dice y precisó que su función no es propiciar esa situación porque es el Estado el que tiene la obligación de impulsar políticas educativas eficientes, mientras que el sindicato puede contribuir en el fomento de la cultura de capacitación.
