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viernes, 29 marzo, 2024
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Dos maestros para dos escuelas

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Sobre los establecimientos de primera enseñanza pública que se crearon en 1786, el regidor fiel ejecutor, importante funcionario del cabildo de la ciudad de Zacatecas, propuso que en las dos escuelas se enseñaran los tres ramos: escritura, lectura y aritmética, para lo cual se inclinaba porque fueran Ignacio Ramírez y Fernando Villalta los preceptores de las mismas. Al respecto, el presidente del cabildo optó por la propuesta del alguacil mayor consistente en establecer dos escuelas diferentes y separadas. Sólo restaba esperar la anuencia del presidente del reino de la Nueva Galicia, de cuya diócesis dependía el Colegio Seminario San Luis Gonzaga ya que de sus caudales dependería su sostenimiento.

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El Comisionado Morando por su parte, en representación de la máxima autoridad del Reino, respondió que no había inconveniente en que su señoría autorizara los nombramientos y mandara despachar los títulos respectivos de los preceptores propuestos por el Ayuntamiento tanto para el Colegio, como para las escuelas, sólo que en el caso de estas últimas, en coincidencia con el regidor fiel ejecutor, se pronunció por no contravenir el acuerdo de la Junta Superior de Aplicaciones, por lo que fijó su postura en el sentido de que en las dos escuelas de primeras letras además de enseñar la lectura y escritura, se incluyera la aritmética. 

Durante los meses siguientes, el alguacil mayor y el presidente del Ayuntamiento sin dar su brazo a torcer, continuaron argumentando la conveniencia de dos escuelas distintas y separadas, aunque contiguas decía el último, “para comodidad de los discípulos; conocimiento, vigilancia y celo del Cabildo con los maestros”.1 Pero el comisionado Morando tras argumentar sobre  la conveniencia de poner las dos escuelas en “diversos parajes” de la ciudad, resolvió que así fuera, en virtud de que: “…tendrán más proporción y comodidad los concurrentes, y que en una y otra se enseñe a leer, escribir y la doctrina cristiana. Que, si así lo estimase su Señoría, podría servirse nombrar y mandar despachar los títulos correspondientes a don Ignacio Ramírez y a don Fernando Villalta”.2

Cabe hacer mención que tanto Ramírez como Villalta, ambos eran sacerdotes seculares, cumpliendo así con lo establecido por la convocatoria. El proceso de secularización continuaba avanzando al restarle poder a los regulares de las diferentes órdenes religiosas en un terreno como el educativo, en el que desde los inicios del régimen colonial habían ejercido una gran influencia.

Una vez generado el consenso, el señor fiscal menos antiguo del cabildo terminó nombrando a los susodichos como maestros. Las escuelas, atendiendo la sugerencia del comisionado Morando: “[…] deberían situarse en diversos parajes, cuarteles o barrios a donde puedan ocurrir con facilidad los discípulos según la altitud o longitud de la ciudad, y que en una y otra se enseñe a leer, escribir y contar, asignándose de sueldo a cada uno de los nombrados la cantidad de trescientos pesos anuales [anuales] sobre el fondo de el Colegio, además de una ración para sus alimentos consecuente a lo resuelto por la enunciada Real Junta Superior, en un acuerdo del día diez y siete de noviembre de ochenta y cuatro…”3.

Una vez que fue remitido el despacho con los nombres de los preceptores ganadores de cátedras del colegio y de los maestros de las escuelas de primeras letras, el cabildo convocó a reunión el 19 de enero de ese mismo año de 1786. En la misma se acordó que se hiciera saber a los interesados que junto con sus nombramientos, estos deberían remitirse en otro despacho a la Audiencia del Reino, acompañados de sus respectivos títulos y la cantidad de ciento ochenta y tres pesos y seis reales que implicaban los tramites y el costo de los mismos. 

Cumplido con el acuerdo de entregar los títulos a los preceptores ganadores de las plazas, el Ayuntamiento procedió a “destinar o construir las piezas correspondientes para el establecimiento de las dos escuelas de leer y escribir en la forma que se manda por el muy ilustre señor Regente”.4 

Referencias:

1 ARHZ, “Auto en el que se da posesión del título de Rector del Colegio San Luis Gonzaga al Bachiller José Manuel Silva”, Ibid., f. 7.v. Caja 13. 22 de mayo de 1786.

2 Ibid., f. 8.

3 Ibid. ff. 9.v y 10.

4 Ibid. f. 11. ν

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