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viernes, 26 abril, 2024
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La lucha obrera en el Cardenismo, de 1934 a 1940

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Por: Óscar Alzaga •

Varios aspectos se conjugaron para precipitar la gran lucha obrera en el gobierno de Lázaro Cárdenas (LC): la depresión y crisis de 1929 a 1934 que impactó la economía mexicana, el empleo y salarios del pueblo trabajador; en 1933 las fuerzas progresistas se reagrupan y apoyan la candidatura de LC y lanzan el Plan Sexenal de avanzada en su tiempo, e impulsan la educación socialista con debates públicos. Ese año se constituye el sindicato ferroviario y apoya la formación del sindicato minero en 1934 y el petrolero en 1935; de la CROM oficial en crisis y caída desde 1928, se separan los lombardistas en 1933 y forman una nueva; los comunistas forman en 1929 una central con Julio Antonio Mella; Siqueiros forma sindicatos mineros en Jalisco y su federación estatal en 1928. Y la acción más importante de todas fue la campaña electoral de LC por todo el país, por primera vez recorre un candidato toda la república, poblados indígenas, campo y ciudades.

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En su discurso electoral llamó a la población a cumplir las demandas de la Revolución y del nuevo proyecto de nación: la Constitución de17, haciendo énfasis en cumplir los artículos 3º de la educación, el 27 de la reforma agraria y el rescate de los hidrocarburos para la nación y el 123 sobre el trabajo de planta, digno, remunerado y llamó a la libre organización de la clase obrera para defender y mejorar sus derechos. Sus propuestas centrales fueron: la soberanía nacional y la popular.

El primer año de gobierno lo distingue la ola de huelgas que cubrió la nación, que seguirá en 1936, 1937 y 1938, serían los años del siglo XX de más huelgas, luchas y las más trascendentales de la historia. Las obras públicas más valiosas del cardenismo fueron precedidas por luchas obreras, campesinas, magisteriales y de cooperativistas. No se dan casos o surgen grandes obras o conflictos políticos, al margen de la intensa lucha de clases del pueblo trabajador. No solo del gobierno como algunos lo atribuyen, que solo ven conflictos palaciegos.

Los jornaleros de la Comarca Lagunera y henequeneros de Yucatán con sus luchas impulsaron la reforma agraria, junto con las luchas de los campesinos de todo el país. No fue solo iniciativa del gobierno, surgió también del impulsó desde abajo, acompañados de las y los maestros del pueblo. Fue la reforma la más importante del siglo XX.

Como nunca crecen los sindicatos y los trabajadores organizados en el país en esos 4 años, de 300 mil sindicalizados en 1934 pasan a 900 mil en 1940. Crecen las cooperativas y los cooperativistas en el rescate de empresas cerradas por la crisis y surgen las nuevas cooperativas de sindicatos industriales, crecen de 778 a 1,715 de 1934 a 1940 y de 21,762 cooperativistas a 163,501, en las mismas fechas.

Al calor de las huelgas se formaron los mejores contratos colectivos de trabajo, CCT, en los sindicatos de industria y modifican el sistema laboral de “mando y obediencia” de 4 siglos, por el de bilateralidad o acuerdo entre las partes, logran las grandes prestaciones sociales, que son el origen del IMSS e ISSSTE e INFONAVIT, de pensiones y jubilaciones, se mejora el salario nacional, el empleo estable o planta.

La expropiación de la industria petrolera no surge del gobierno, sino en el camino preparado por los petroleros y su sindicato fundado en 1935, en la sede del sindicato ferroviario, cuyo apoyo fue clave, desaparecen 19 sindicatos pequeños y patronales la mayoría y forman el nacional de industria que integra a todos los petroleros, e inmediatamente emplazan a huelga para exigir la firma de un solo CCT que iguale y mejore prestaciones y salarios pero, sobre todo, la unidad obrera del gremio nacional. Seguiría la firma de un solo CCT en 1936 y la huelga de 1937, reclamando con un conflicto de naturaleza económica, un laudo histórico que fundamentó nacional e internacionalmente la base del justo reclamo, contra las dos empresas más poderosas del mundo.

Ante el rechazo patronal a la resolución de la Suprema Corte, el 18 de marzo de 1938 el presidente decreta la expropiación petrolera, en base a la soberanía nacional y popular, el respaldo nacional fue pleno. Los extranjeros apostaron a que no podría el gobierno echar andar la industria, en efecto, fueron los obreros mexicanos quienes lo hicieron.

En junio de 1935 se unifican sindicatos y centrales en contra de Calles y su política anti obrera en el Comité Nacional de Defensa Proletaria, y conforman una nueva fuerza nacional, que en enero de 1936 rechaza a la patronal de Monterrey y apoya a Cárdenas, a la vez será base del surgimiento de la CTM de febrero de 1936, que en su inició será muy progresista, plural, incluyente y solidaria, en su seno debatían todas las corrientes, pero la debilidad ideológica del PCM en 1937 llevó a los sindicatos nacionales a perder fuerza ante Lombardo y su alianza con los 5 lobitos, después el mismo Lombardo perdería ante sus exaliados lobitos. Hasta 1946, con Alemán iniciarían las expulsiones de la CTM de las corrientes independientes, al calor de la política yanqui del anticomunismo. Salieron de la CTM los sindicatos ferroviario, minero y petrolero para formar otra central, pero usando el ejército Alemán los destruyó con charrazos, violencia y actos ilegales al por mayor.

En la tradición, las centrales iniciaron con buenas intenciones y actos, pero a mediano plazo cayeron presas de los gobiernos y, aún peor, de los empresarios más poderosos, en tiempos neoliberales de 1982 a 2018. Hoy es titánico, pero no imposible, el resurgimiento del sindicalismo, con las bases de su independencia, unidad y solidaridad. ■

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