El maíz transgénico es el que ha sido genéticamente modificado, se le han agregado genes de organismos diferentes a él para hacerlo más tolerante a herbicidas y a la resistencia a insectos.
Aplaudible el esfuerzo y la unión de algunos sectores de la iniciativa privada y social por la cual en México recientemente se emitió una medida precautoria que establece la suspensión de permisos a transnacionales para la siembra experimental, liberación y comercialización del maíz transgénico.
¿Quién obtiene los mayores beneficios por este maíz modificado? Definitivamente las empresas transnacionales dueñas de las patentes. A los agricultores se les vende las semillas a un costo más elevado (el cual va desde un 15 a un 35 por ciento más caro que las semillas convencionales). Son cuatro empresas las que dominan el mercado mundial de este maíz: Dupont, Syngenta, Monsanto y Groupe Limagrain, ellos reciben las regalías por el uso de la tecnología patentada; estas empresas transnacionales controlan 75 por ciento de las semillas en el mundo.
En los campos cultivados con transgénicos se han utilizado más kilos de plaguicidas por la rápida expansión de malezas, adivinen quiénes son los dueños de las marcas usadas.
Somos un pueblo culturalmente ligado al maíz, tenemos razas y variedades de maíces nativos los cuales se pueden fácilmente contaminar por los transgénicos; hagamos hincapié en un dato importante: nuestro maíz criollo tiene mayor calidad nutricional, nuestros maíces nativos pueden estar en riesgo por su tipo de polinización mezclada (no se autopoliniza), se fecunda por el polen que se traslada a campo abierto.
¿Provocan daños a la salud humana? Estudios científicos demuestran que el maíz genéticamente modificado afecta hígado, riñones, corazón y otros órganos, algunos animales alimentados con este presentaron tumores cancerosos, las hembras desarrollaron tumores mamarios, además sufrieron de afectación al balance de sus hormonas sexuales.
¿Ayudan a la mitigación del cambio climático? Detrás de toda la industria que implica la siembra y consumo del maíz transgénico, ecológicamente es difícil demostrar los beneficios en la protección y conservación de la biodiversidad, es cuestionable su impacto en el medio ambiente.
Esto representa un reto de planeación y diseño de políticas públicas dirigidas al apoyo a la agricultura y al campo mexicano. Establecer una agricultura sustentable implica la responsabilidad del cuidado de nuestra salud y la de nuestra biodiversidad, la protección de nuestras 62 razas de maíz nativo, de la mejora de nuestras técnica de siembra y cultivo con medidas naturales y eco amigables (por ejemplo la cosecha de agua de lluvia).
Algunas notas destacadas con el tema de transgénicos son:
a) En Estados Unidos existe la organización Centro para la Seguridad Alimentaria (siglas en inglés: CFS) la cual lucha contra los alimentos transgénicos.
b) Connecticut es el primer estado de Estados Unidos en adoptar una ley que exige el etiquetado de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) con 134 votos a favor y con 3 en contra.
c) Agricultores brasileños ganan juicio contra Monsanto, la sentencia exige a la empresa a no imponer condiciones a los agricultores que compran sus semillas, ellos tenían que firman un contrato que no ofrecía garantía del aumento de la cosecha pero establecía el pago de regalías por parte del comprador y le daban a la empresa el derecho a entrar a sus campos para inspeccionar. ■
@lazoazul