Este jueves 18 de abril entró en vigor la nueva Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, tras haber sido aprobada de manera unánime en el Senado de la República, el pasado 7 de marzo.
Los 111 artículos de esta nueva ley buscan garantizar el acceso efectivo a la alimentación adecuada, priorizando los derechos a la salud, al medio ambiente, al agua y el interés superior de la niñez.
A través de “un enfoque sistémico e integral del sector agroalimentario nacional”, esta ley se considera un avance en materia de derechos humanos, en beneficio de amplios sectores de la población, promoviendo dietas culturalmente viables y sostenibles.
Edith Cárdenas Vargas, especialista en Endocrinología Pediátrica, señala que es de suma importancia para la sociedad zacatecana y particularmente para el personal de salud, asegurarse de que esta ley “no caiga en el olvido” y se propicie la suficiente coordinación y planeación entre órdenes de administración estatal y municipal para realmente generar las condiciones de acceso al derecho humano a una alimentación sana y sostenible.
“Sí hubo voces que levantaron la voz en la Legislatura local de Zacatecas para hablar de la alimentación adecuada”, explica la pediatra a propósito de la pregunta sobre actores que podrían ser aliados de esta ley en nuestro estado.
Añade, sin embargo, que es una lástima que este ejercicio no haya trascendido a una convocatoria de expertos en salud, nutrición, producción agroalimentaria y abasto de agua potable.
“No debemos olvidar a la gente de nuestras comunidades”, enfatiza la especialista después de señalar que muchas veces estas acciones de promoción de la salud y de hábitos alimenticios adecuados sólo llegan a las personas que viven en la ciudad.
Ante los alarmantes datos que nos presenta la edición más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2022), la especialista indica que es urgente atender a ese 4.9 por ciento de mexicanos que no cuentan con agua entubada; ellos están especialmente expuestos a enfermedades como la diarrea y el cólera, además de otras bacterias, parásitos y virus transmitidos por el agua contaminada de pozos y ríos, sin mencionar la mayor carga de trabajo que tienen que enfrentar para procurar el vital líquido.
La Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible también debe utilizarse para paliar el incremento en obesidad y sobrepeso, en infancias y personas adultas. Y si bien, la desnutrición ha disminuido de un 10.8 por ciento en 1988, a un 4.1 por ciento en 2022, este problema es desde luego de la mayor prioridad, considerando que el 13 por ciento de las infancias mexicanas menores de 5 años padecen desnutrición crónica.
Las principales causas de muerte en el país son las enfermedades crónicas no transmisibles, y estas a su vez están relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.
La obesidad implica “diabetes, hipertensión, dislipidemia y más de trece tipos de cáncer” puntualiza Edith Cárdenas, quien refiere a la variación de datos de la Ensanut para señalar que, del 2006 al 2022, el incremento en obesidad en escolares ha sido del 2.5 por ciento, en adolescentes del 8 por ciento y en adultos del 24.1.
“No hay ningún sistema de salud que aguante esto”, sentencia la especialista, por lo que los esfuerzos del Poder Legislativo federal para sacar adelante esta ley deben ser ahora aprovechados por todos aquellos en condiciones de implementarla, con atención, además, a los aspectos culturales y de sostenibilidad en materia de seguridad alimentaria que respalda esta legislación.