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viernes, 29 marzo, 2024
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AMLO: el “Mesías” que la derecha corrupta inventó

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

En breve se desarrollará un hecho insólito en nuestro país. Los mexicanos tendremos la oportunidad de acudir a las urnas para ratificar o revocar el mandato presidencial. En torno a ese hecho, al que se opone la derecha mexicana, vale la pena hacer algunas reflexiones.

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En el 2018, una abrumadora mayoría decidimos democráticamente, con el sufragio, elegir a Andrés Manuel López Obrador como nuestro presidente. Muchos mexicanos comprendimos, desde el principio, que la transformación nacional no puede descansar en un solo hombre, que es tarea de todos y que ese logro no termina con elegir al presidente, sino que hay que acompañarlo en un esfuerzo masivo porque es nuestro futuro.

Cierto, como líder social, como ideólogo y como presidente debe encabezar el proceso transformador. Y debe hacerlo en las condiciones que se presenten, no el cómo deseáramos, porque las resistencias y los golpes económicos, políticos y hasta ideológicos no pueden ser previstos en su totalidad y en su magnitud.

Otros, por ingenuidad o porque les conviene así matizarlo, alegan que simplemente había que elegir a un hombre como presidente y que luego él se encargaría de solucionar las muchas y complejas penurias, por lo que ya todo sería paz automática, empleo bien remunerado y amplia felicidad. Estos últimos están equivocados y debemos explicarles que no funciona así la sociedad.

Desde un principio, la derecha mexicana, que absorbió vergonzosamente a membretes que se había autonombrado de la izquierda, como el PRD y el Movimiento Ciudadano, hicieron todo su esfuerzo por desacreditar un movimiento social, y no sólo político, que se alimentaba de las cenizas de una nación subsumida en el neoliberalismo y sus extensas consecuencias. Y definieron la inercia de atacar al principal líder, a AMLO a quien lo tildaron de todo, hasta de “loco” y de ser un auténtico y muy serio “peligro para México”.

Esa misma derecha, hasta la fecha, ha encontrado eco y burlescamente señalaron a AMLO como “EL MESÍAS”, algo así como “el hijo de Dios”, o “el enviado de Dios para salvar a su pueblo”. Pero, indudablemente el bullying surgió de las filas de quienes viven de los excesos, el despilfarro, la avaricia, la mentira, de esos que pregonan la moral religiosa pero que viven en y del pecado.

No se percataban que, siendo consecuentes, ellos mismos se han burlado de su Dios, atribuyendo, así sea en broma, que aparte de Jesucristo tenía a otro hijo destinado a salvar al pueblo mexicano.

¿Lo que estamos escribiendo es UNA ESTUPIDEZ? Estamos de acuerdo. Pero no lo hemos dicho nosotros. Solo estamos haciendo un recuento y aclarando de quiénes, y por qué, surgió eso de que AMLO ES UN MESÍAS.

Y, si para muchos mexicanos el presidente es un salvador frente a las calamidades que nos dejaron quienes lo acusan, es problema de los acusadores, no es problema nuestro.

Nuestro presidente es un líder, es humano, se cansa, llora, ríe, se ensucia los zapatos al lado de los pobres, también se reúne con los pudientes, busca la concordia, la paz, el amor al prójimo, no odia, perdona en el sentido de serenar el corazón humano, no en el sentido de exentar la aplicación de la justicia que, en sus dichos, es mucho más allá de las leyes; tiene temple, inteligencia, palabra, se equivoca y corrige, no cumple caprichos y hace el esfuerzo que, en lo que tenemos de vida, no le vimos a ningún otro presidente.

Y, eso es poco; suelta a los demonios y permite que vociferen a los cuatro vientos, les presta el micrófono de sus conferencias mañaneras para que escupan veneno y así ayuda al despertar de las neuronas adormecidas por la antidemocracia y las restringidas libertades en que nos tenían sus acusadores.

No encarcela periodistas, ni los persigue porque opinen diferente, o en contra de él. Incluso, ni porque lo calumnian, lo difaman y atentan contra su honor.

No roba, no miente, no traiciona y se baja el salario que otros se subieron para robar al pueblo, permite las manifestaciones, no reprime, establece acuerdos.

Esa derecha, dolida porque ya no les permite robar, se la pasa criticando cada punto, cada coma de sus acciones. Y se atreve a reírse de que sus zapatos se ensucien por caminar del lado del pueblo.

Se burlan de todo lo que antes disfrutaron, señalan que la inseguridad que alimentaron no ha bajado, como si ellos sí lo hubieran hecho, critican el nuevo aeropuerto que ya se inaugurará, el Tren Maya, El desarrollo del Istmo, la compra de una refinería y la construcción de otra. Pero no son capaces de proponer nada nuevo.

Por eso, refrendemos el apoyo aplastante de los mexicanos, para que sigamos empujando hacia un cambio más profundo y verdadero.

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