La izquierda mexicana ha transitado en la historia de México con un alto compromiso ético, donde las luchas a favor de la gente con mucho esfuerzo nos han llevado a crear visiones educativas y de reflexión que llevaron a la diversificación de los objetivos de justicia y consecuentes diseños de múltiples estrategias de lucha.
Nuestras acciones fueron, son y serán contra quienes pisotean los derechos de los más pobres; contra la violencia hacia niñas, niños y adolescentes; contra la violencia de género; contra el abuso del poder; contra la acumulación de la riqueza a costa de la miseria de la gran mayoría; queremos un México justo para todos.
La historia de la izquierda mexicana es una historia de persecución, desaparición de personas, de violencia política, de enfrentamiento hacia el poder económico y política que usará la fuerza de las policías y del dinero para robar y borrar el derecho del pueblo.
La historia de la multiplicidad de luchas de la izquierda mexicana, con sus muertos, con sus batallas y caminos andados, con marchas, plantones, huelgas, canciones, arte de protesta, con sus idas y regresos, tuvo en 2018 una victoria que nos llevó a la construcción de un gobierno en el que hemos puesto nuestra esperanza para convertir nuestro México en un lugar mejor para todas y todos.
Sin embargo, nuestras luchas pueden ser fácilmente manchadas por unos cuantos personajes que, ante la derrota, dejaron sus grupos de derecha para quedarse cerca del poder. Se disfrazaron del halo de la izquierda para seguir robando, mintiendo y traicionando al pueblo.
Ellos no son la 4T, son quienes hacen encuestas a modo e imponen candidatos para seguir enriqueciéndose a costas del pueblo; son quienes usan las influencias de grupo y familia para salir de sus colonias blindadas por altos muros y alambre de púas, donde viven alejados de realidades de pobreza que los rodean. Los consentidos, que no son de la 4T, se montaron en sus camionetas de lujo, con choferes y escoltas, hasta uno de los municipios más pobres a vacunarse contra el Covid, bajo el amparo de autoridades corruptas que aprobaron quitar 33 vacunas a los habitantes de Villa de Cos para insacular a quienes pagan favores con dinero y poder.
Ellos, los que se vacunaron inmoralmente, cobijados por la corrupción, viajaron a tomar lo que no les correspondía, pues era de los adultos mayores de Villa de Cos, pero los 33, una vez garantizado el despojo respaldado por las autoridades (no sabemos a qué precio), salieron de sus residencias amuralladas y videovigiladas, cruzaron el estado y robaron las vacunas.
En un acto de cinismo y soberbia, argumentan citando la promesa presidencial de que se garantizaría el acceso de las vacunas a Todas y Todos. Esta no es la discusión pues la vacunación está garantizada en los tiempos estipulados.
La discusión es que los 33 tomaron vacunas porque tenían la influencia suficiente para saltarse la fila porque, sólo no quisieron esperar como todas y todos. Ellos hicieron uso de los privilegios que su riqueza y contactos políticos que les permite vivir por encima de la realidad de la mayoría.
Es cierto, fueron porque cumplían con los 60 años necesarios para poder acceder, sin embargo, los habitantes de Villa de Cos no podrían acceder a vacunas en las colonias fortificadas donde los 33 viven. Tendrían que pasar filtros de vigilancia, cámaras, detectores de metal, plumas y todo el aparato de “seguridad” que los mantiene alejados de otras realidades incomodas para sus ojos.
La Cuarta Transformación y la izquierda no se ve manchado por los abusivos que buscan camuflarse con nuestras luchas. No somos iguales. La 4T real No Miente, No Roba y No Traiciona al Pueblo.
