Moscú. La Duma, o Cámara baja del parlamento ruso, con 446 de 450 votos posibles, aprobó este miércoles el proyecto presidencial de amnistía, con mínimas modificaciones, que deja en libertad a las integrantes del grupo Pussy Riot, Nadezhda Tolokonnikova y Maria Aliojina, a los treinta activistas de Greenpeace y a diez detenidos por participar en los disturbios del 6 de mayo de 2012 en Moscú, entre otros imputados o condenados, de un total de cerca de 20 mil personas.
Tolokonnikova y Aliojina, condenadas a dos años de prisión por cantar una oración punk contra el presidente Vladimir Putin en la Catedral de Cristo Redentor de Moscú, podrán regresar a sus casas apenas unos meses antes de cumplir su condena en marzo siguiente, toda vez que se les negó la libertad condicional cuantas veces lo solicitaron, a pesar de haber permanecido tras las rejas la mitad del tiempo de reclusión requerido y por ser madres de niños pequeños.
El borrador, presentado por el Kremlin con motivo del 20 aniversario de la Constitución, apenas sufrió modificaciones ante la negativa de la mayoría oficialista de Rusia Unida que impidió extender la amnistía a 17 detenidos por aquellos disturbios, a quienes se imputa “organizar hechos violentos contra las autoridades” o “agredir a los representantes del orden (policía) o dañar las propiedades públicas”.
De tal modo, Serguei Udaltsov, dirigente del radical Frente de Izquierda, y otros activistas serán juzgados dentro de muy poco y podrían ser condenados hasta 10 años de cárcel.
La amnistía tampoco favorece al líder opositor Aleksei Navalny, aun con una condena condicional por un supuesto robo de madera que lo inhabilita para ser candidato presidencial en 2018, y al ex magnate petrolero Mijail Jodorkovsky, cuyo enfrentamiento personal con Putin le va a valer un tercer juicio, unos meses antes de cumplir su segunda condena.
Los diputados enmendaron hoy el “error técnico” que había excluido a los imputados de un delito favorecido por la amnistía, pero que aún no han sido juzgados o condenados, como era el caso de los activistas de Greenpeace, acusados de “vandalismo” por protestar contra la perforación de petróleo en el Ártico y en libertad bajo fianza, en espera de ser enviado su caso a una corte. Ahora, los 26 extranjeros, tan pronto como reciban los pasaportes, podrán viajar a sus países de origen.
La mayoría de los beneficiados, sólo aquellos cuyo delito supone penas menores a cinco años de reclusión, son menores de edad, madres de hijos pequeños, embarazadas y mujeres mayores de 60 años.
Igualmente, quedarán en libertad, hombres mayores de 60 años, minusválidos, participantes en la liquidación de la catástrofe nuclear de Chernobyl, militares y cualquier persona que haya participado en “acciones de combate o en acciones para defender la Patria”.
Se concede al Sistema Penitenciario Federal hasta seis meses para instrumentar la liberación de los reclusos, que en teoría deberá comenzar el mismo día que se publique la amnistía en el diario oficial, presumiblemente este jueves.