Nueva York. El debate entre la cúpula estadunidense después de los atentados en París ya no es entre paz y guerra, sino solo sobre qué tanta más sangre derramar, cómo y dónde.
El presidente Barack Obama reiteró que mantendrá su estrategia actual para enfrentar al Estado Islámico, rehusando ceder a presiones de políticos en su país para lanzar una guerra más amplia después de los atentados en París, mientras también combate la creciente ola contra refugiados musulmanes en este país.
El eje militar de su estrategia de contención del Estado Islámico (EI) es la guerra aérea empleando tanto aviones convencionales como su nueva arma de preferencia, las aeronaves artilladas a control remoto mejor conocidas comodrones.
Aunque las misiones son secretas y no hay datos oficiales sobre el número de misiones ni sus resultados, agrupaciones de periodistas de investigación y otros de monitoreo calculan que se han realizado más de 400 misiones de drones desde que Obama llegó a la Casa Blanca, y el Pentágono ha indicado que desea multiplicar el número de drones por más del 50 por ciento.
Inicialmente caracterizadas como “’excepcionalmente precisas y quirúrgicas” con casi nulos daños colaterales” por el entonces asesor contraterrorista de la Casa Blanca y hoy director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) John Brennan, los drones se han usado para aniquilar a los llamados “objetivos de alto valor”, incluyendo figuras del más alto nivel de Al Qaeda y otros grupos terroristas. Sin embargo, también se ha denunciado un alto número de civiles inocentes entre las víctimas. El Bureau of Investigative Journalism, un proyecto independiente de periodistas que monitorea estas misiones, calcula que más de 488 civiles han muerto.
Por lo tanto, oficiales de la Organización de Naciones Unidas y agrupaciones de derechos humanos, han cuestionado estas misiones y la falta de transparencia y rendimiento de cuentas sobre sus consecuencias.
Hoy, en un evento inusitado, el programa de drones fue criticado por cuatro ex militares que eran integrantes de los equipos encargados de llevar a cabo estas misiones, todos de las fuerzas especiales de la Fuerza Aérea. En una carta abierta al comandante en jefe Obama, los cuatro escriben que la táctica del uso de drones ha “nutrido los sentimientos de odio que detona el terrorismo y agrupaciones como EI, como también sirviendo como una herramienta fundamental de reclutamiento” y que la matanza de civiles inocentes nutre “el terrorismo y la desestabilización alrededor del mundo” –y vincularon esto con los atentados en París, reportó The Guardian.
Pero los políticos y candidatos presidenciales continuaron con su insistencia en que no solo tenía que continuar esta guerra aérea, sino que se tenía que ampliar, incluyendo contemplar una invasión terrestre contra el EI.
“Estados Unidos no debería titubear en encabezar una coalición global para sacar a ISIS [otra manera de identificar a EI] con fuerza abrumadora”, afirmó hoy el precandidato presidencial republicano Jeb Bush, hermano del autor de la invasión de Irak en 2003 que llevó en gran medida, según el consenso entre analistas cuerdos, al surgimiento del EI. Agregó que “militarmente, tenemos que intensificar nuestros esfuerzos en el aire –y en la tierra… tendremos que incrementar nuestra presencia en el terreno”.
Otros precandidatos ofrecieron variaciones sobre lo mismo, junto con legisladores y otros políticos de perfil nacional.
A la vez, dentro del país continuó intensificándose la islamofobia, ahora con por los menos 24 gobernadores –casi la mitad de los 50 de la Unión americana– expresando su oposición a aceptar a refugiados sirios en sus entidades, mientras que políticos republicanos continuaron sugiriendo que se debería de frenar la inmigración musulmana, y favorecer sólo a refugiados cristianos. Algunos políticos estatales sugirieron activar y usar la Guardia Nacional para evitar el ingreso de los refugiados.
Ante ello, el propio presidente como diversos expertos advirtieron que provocar una división religiosa entre “cristianos y musulmanes” es justo parte del objetivo del EI. Ante las presiones de los que proponen medidas más extremas, Obama afirmó que no sirve de nada “cuando en respuesta a un atentado terrorista descendemos al temor y pánico. No tomamos buenas decisiones si son basadas sobre la histeria o una exageración de los riesgos” y repitió que aplicar un examen religioso a los refugiados y solo admitir a cristianos es “ofensivo y contrario” a los valores estadunidenses.
Agrupaciones de defensa de inmigrantes, líderes religiosos y hasta expertos en seguridad entre otros denunciaron como “anti-estadunidenses” las medias y propuestas para cerrar las puertas a los refugiados de Siria. De hecho, acusaron a los republicanos de tenerles miedo a “viudas y huérfanos” y señalaron que ese tipo de retórica es “una potente herramienta de reclutamiento” para el EI, ya que ellos desean usar “la idea de que hay una guerra entre Islam y occidente”.
Y como siempre que sucede algo de estas dimensiones, casi de inmediato circula la pregunta sobre si Estados Unidos “está seguro”, y expertos y comentaristas especulan sobre si habrá un París en este país, con lo cual nutren el clima de temor. El Washington Post hasta publicó un mapa basado en las ubicaciones de 66 detenidos hasta la fecha en este país por sospecha de actividades vinculadas al EI en Estados Unidos
El departamento de policía de Nueva York hoy se vio obligado a informar que no había una “amenaza actual o específica” por ahora, en respuesta a un video supuestamente difundido por el EI con imágenes de la ciudad.
El Comisionado de Policía de Nueva York William Bratton comentó esta semana que esta ciudad es “el objetivo más probable” para otro atentado del EI, y que están estudiando lo sucedido en París para prepararse, ya que esta ciudad es un símbolo “de todo lo que odian”, y que ya se incrementaron las medidas de seguridad