El último tercio y etapa final de la Primera república federal, durante el gobierno de “Tata Pachito” la ilustración por medio de la instrucción primaria de la niñez y juventud zacatecanas, vivió una especie de renacimiento. Aquí se da cuenta de algunas de las escuelas de primeras letras sobre las que hablan algunos documentos de Archivo de que se tiene noticia existieron en algunos municipios y partidos a los que pertenecían. En prevención de algún reclamo, desde luego que con seguridad las que se mencionan en esta colaboración no fueron todas. De momento damos a conocer aquellas que amparan su existencia en las fuentes primarias localizadas. A lo largo y ancho del territorio estatal, además de las escuelas que se establecieron en las cabeceras de los partidos y en las municipalidades más grandes y prósperas, las hubo también en ranchos y haciendas. En estas últimas su sostenimiento para el pago de los preceptores y dotación de útiles y materiales escolares corrió por cuenta de los patrones, quienes pagaban a los maestros ya fuera en dinero o en especie mediante la entrega de almudes de granos trátese de maíz, frijol o trigo.
En los siguientes cuadros se dan a conocer las escuelas de algunas haciendas y ranchos que aparecen en expedientes del AHEZ.
Escuelas de haciendas y ranchos del Partido de Pinos.1
Escuelas de las Haciendas del Partido de Jerez.
Escuelas de las haciendas y ranchos del Partido de Zacatecas.2
Además de las escuelas públicas y particulares que había en el municipio de la capital, existieron escuelas en las Haciendas de Malpaso y del Maguey, ambas propiedad de los acaudalados Gordoa. A la primera de éstas acudían 50 niños (hombres y mujeres) y se pagaba al maestro un sueldo de “200 pesos anuales y tres almudes de maíz semanalmente y uno de frijol”,3 si bien tenía como obligación además, “cuidar de la sacristía”. No perder de vista que por entonces todavía no existía la enseñanza laica y a los niños se enseñaba moral cristiana, por lo que los maestros deberían conocer y enseñar la religión en un país que por lo demás era unánimemente católico.
En la escuela de la Hacienda del Maguey concurrían 30 niños. En ésta Hacienda, el patrón pagaba al maestro “12 pesos mensuales y cuatro almudes de maíz semanarios”.4 Durante el tiempo de aguas los niños de Malpaso acompañaban a sus padres a las siembras y los del Maguey a trabajar en los ahijaderos del ganado, lo que nos da una idea del tipo de haciendas que era cada una de ellas: agrícola la primera y ganadera la otra.
Un documento de estados o informes sobre las escuelas de ranchos y haciendas del Partido de Zacatecas menciona la que se había establecido en San José de la Isla. Fundada en 1816, acudían más de 40 niños y al maestro se le compensaba como forma de pago con el usufructo de “una huertecita pequeña perteneciente a la Junta municipal”.5
Escuelas de haciendas y ranchos del Partido de Aguascalientes.
Escuelas de las haciendas del Partido de Fresnillo.
Escuelas de las haciendas del Partido de Villanueva.
La mayor parte de las escuelas de las haciendas y ranchos eran mixtas, si bien la mayoría de los documentos no especifican el tipo en cuanto al género de los alumnos. Esa es la razón por la que aparecen en blanco los casilleros en los que no se menciona este dato. Sin embargo parece lógico suponer que los hacendados después de pagar el sueldo y ración alimenticia de los preceptores, no podían darse el lujo de sostener dos escuelas separadas por sexo.
En Villanueva, donde no obstante la buena disposición de los vecinos por apoyar la causa educativa, la juventud no estaba lo suficientemente instruida debido a “las pocas luces de los preceptores” que además enseñaban con el método antiguo, según lo hacía saber el jefe político, José María Márquez, de cinco haciendas con que contaba dicha municipalidad, solamente en la del Salto no había escuela. De todos los ranchos, Atitanac era el único que carecía a su vez de establecimiento educativo.7 Tanto en las haciendas como en los ranchos de Villanueva, los sueldos de los preceptores eran pagados por los dueños. La escuela de la cabecera se sostenía con los pilones aportados por los comerciantes. La cantidad que se lograba reunir por este concepto era de seis pesos mensuales. A dicha suma se agregaban como parte del fondo de enseñanza, el sobrante anual de los fondos de propios y los réditos que se obtenían de la renta que se obtenía de dos casas y el rédito que producían que alcanzaba los 5000 pesos, eran donados para el fondo de enseñanza por el patrono de la Hacienda de la Quemada.8 ■
Referencias documentales.
(Endnotes)
1 AHEZ. Fondo Jefatura Política, Serie Instrucción Pública, Subserie Generalidades,
marzo 2 de 1832.
2 AHEZ, Fondo Jefatura Política, Serie Instrucción Pública, Subserie Generalidades,
marzo 31 de 1832.
3 Ibid. fº 14 v.
4 Ibid. fº 15.
5 Ibid. fjs. 15 y 15 v.
6 AHEZ. Jefatura Política, Serie Instrucción Pública, 24 de abril de 1832.
7 AHEZ. Fondo Jefatura Política, Serie Instrucción Pública, junio 4 de 1833.
8 Ibid. fº 1 v.