En 1870 se creó la Escuela de Parteras, antecedente de la Escuela de Enfermería (EE) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). En el año de 1956 se estableció por iniciativa del Dr. Luis Figueroa Ortiz (primer director honorario), que era requisito indispensable contar con los estudios del nivel medio básico (secundaria) para el ingreso. En la Escuela paralelamente se estudiaba la Carrera de Enfermería y Obstetricia con una duración de tres años. Para la elaboración del plan de estudios se tomó como referencia el de la Escuela Nacional de Enfermería, con un enfoque técnico asistencial.
En la conversión del Instituto Autónomo de Ciencias de Zacatecas (ICAZ) en Universidad (1968), el plan de estudios de la EE reflejó algunos cambios, se suprimió la carrera de obstetricia, la carrera de enfermería continuó con duración de tres años, se incrementó el número de asignaturas de 27 a 33. Para efectuar las modificaciones se tomó como referencia la currícula de la EE de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). Como una consecuencia del impulso que se dio a la medicina institucionalmente, se transformó el enfoque en la formación de la enfermeras, de técnico asistencial a curativo y biologista. Las parteras profesionales fueron desplazadas por los médicos.
La función de la EE atravesaba por una etapa de análisis y reflexión, la atención se centraba en su desarrollo dentro del campo de la salud. En 1983 las enfermeras Agripina Gutiérrez de la Isla, Ma. Isabel Medina Hernández y Ma. Estela Ibarra Gutiérrez, integraron y presentaron un proyecto para modificar el plan de estudios. Las enfermeras argumentaban que la Enfermería era una profesión importante, científica y prestigiosa por lo que era inevitable haber cambios en la formación profesional, acordes a las necesidades de salud de la población y a los cambios sociales y tecnológicos. Destacaban que se debería orientar el plan de estudios hacia aspectos que garantizaran una formación encaminada a dar servicio integral, oportuno y eficiente.
La Dirección de la Escuela organizó un taller sobre la práctica docente, en el que se concluyó la pertinencia de impulsar la creación de la Licenciatura en Enfermería. Programan la realización de un coloquio en tres etapas. En 1983 inicia la 1) Etapa de preparación que consistió en realizar actividades de estudio, investigación documental, reuniones en las que se distribuían las tareas a realizar por equipos de trabajo. La 2) Etapa de realización consistió en la instrumentación de una serie de conferencias y la 3) Etapa de reflexión en la que se elaboró un documento que serviría de base para el “Coloquio Nacional sobre la Salud Integral y su implementación en la formación de personal de Enfermería del 13 al 15 de junio de 1985”. En el documento se procuró incorporar las opiniones de los 54 participantes, que fue presentado en una sesión plenaria en la que se le hicieron las aclaraciones pertinentes.
Tras una profunda reflexión para asumir la responsabilidad que correspondía a la Universidad en la construcción de una sociedad más justa, desde la EE se delineó el camino para la Licenciatura en Enfermería. Se concibió como una alternativa orientada a la formación de los profesionales que realmente requería la población. Se partió de reconocer la necesidad de la reforma educativa, ya que las acciones hasta ese entonces no habían sido lo suficientemente fecundas, no se articulaban la ciencia y la técnica en salud con las necesidades del país y el estado.
Maestros, alumnos y especialistas participaron en el panel conformado para diseñar el bosquejo de la Licenciatura, entre las participaciones se hacían reflexiones como: 1) “Recordemos que en nuestra sociedad la pobreza es todavía la principal causa de las enfermedades y bajos niveles de salud y de incapacidad en el hombre, ya que le impide el pleno uso de su salud. Sabemos que esto conduce a la desnutrición, mala vivienda, deficiencias en saneamiento y vestido, y por lo tanto a una mayor exposición a los riesgos ambientales y biológicos”. 2) Se define con claridad el papel de la enfermera: “En gran medida las enfermeras determinan la disponibilidad, alcance, calidad y eficiencia de los servicios de salud”. “Nuestra definición – agrega el documento – siempre va a ser en relación con otras, en especial con la del médico: ‘Colaboramos con… y ayudamos a…’. Somos seres para el otro, faltando el sentido de una identidad propia. El público en general visualiza a la enfermera como accesoria al médico, sin conciencia clara de su contribución específica, pensando que las enfermeras funcionan siempre bajo la supervisión de un médico; no distinguen el cuidado de enfermería del servicio médico”. 3) “Nuestro proyecto no pretende ser terminal sino germinal, encaminado a estimular la discusión, reflexión y esfuerzo por parte del gran grupo de enfermería y de otras disciplinas relacionadas con el área de la salud. Esta es la esencia del curso de capacitación complementario de licenciatura para enfermeras que ya están laborando en las diferentes instituciones de salud”. De ahí surge nuestra alternativa que se vislumbra como la “formación de profesionales a partir de un modelo que refleja una imagen definida, ordenada y precisa de los rasgos político-ideológicos y científico-técnicos que caracterizarían al egresado y que lo capacitarían para realizar funciones y actividades que realmente requiere la población”. En la próxima entrega compartiremos más particularidades del proceso de creación de la Licenciatura en Enfermería en la UAZ.
Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz. ■
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de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT
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