Emanar, desprender, emitir, esa su consigna, su mengua, el tránsito de la vida colectiva para elegir un destino.
No hay quizás en el firmamento nacional un gobernador tan comentado en los últimos años por el muestrario de sus avatares y triunfos indiscutibles, lo demás, es lo mejor: amplio conocimiento del arte de la política popular, antes, acusaciones severas de triangulación de dineros, la cárcel, la mofa pública, pero después y ante todo, un impulso numérico triunfante en su nombre, refrendando el poderío de su padre y de su abuelo, el barrio de Tlaxcala, la venta de pollos, el fenómeno del sostén a miles de embarazadas, tortillerías populares, despachos gratuitos de agua purificada en cada colonia, despensas, trabajo de base en cada calle, comités en defensa del llamado gallardismo popular.
En los más recientes días y con motivo de la iniciativa presidencial contra el nepotismo, los debates nacionales y las noticias giraron fuertemente al gobernador potosino y su esposa la senadora y por aquello de los riesgos inminentes de ganar las contiendas, no por designios mágicos, sino por un amplio despliegue en la leva popular siempre ansiosa de respuestas rápidas ante sus graves carencias y sin dar explicaciones, ambos, gobernador y senadora, acatan, refieren, desprenden y emiten.
San Luis Potosí y sus mazahuas y otomíes, los nahuatlacas milenarios, los chichimecas jonaces, 400 mil habitantes en el analfabetismo total, 3 millones de potosindios, 15 mil ciudadanos norteamericanos, 2 mil alemanes, 2 mil kenianos, 3 mil venezolanos, San Luis y sus plantas industriales estratégicas, huelga decir, la quinta potencia económica nacional, exportar autos a EEUU, Canadá, Centroamérica, hacer monedas para una treintena de países, con razón, cuando andaba cantando en los trenes y colectivos de argentina, me daban monedas con un parecido extraordinario a la moneda común mexicana y lo supe: la casa de moneda de San Luis hasta la India y Nicaragua, les hace la moneda y se pavonea por ello, ingresan divisas, sus obreros calificados son revisados hasta por donde salva sea la parte.
La llegada del gallardismo a la gubernatura potosina se inscribe en un marco donde el agandalle priista y panista de muchos decenios estuvieron enmarcados por las gravísimas omisiones para restaurar la paz pública y evadir las responsabilidades penales en el desfalco de las arcas legales, grandes comilonas y fortunas privadas a costa del erario, el prevaricato, es decir, resoluciones injustas e ilegales en el despojo de tierras, apoyo a los latifundistas, el rompimiento de huelgas con sangre y encarcelamientos, los presos políticos huastecos, la entrada masiva del sicariato para imponer el cobro de piso, las balaceras en antros nocturnos, la quema de comercios, el reguero de cadáveres.
José Ricardo Gallardo Cardona es un gobernador aliado a la cuarta transformación del país y el obradorismo, su partido militante el Verde Ecologista ha ido escalando, no es la primavera de las moscas sino el hervidero de las flores en la versión de una patria chica que anhela entender el futuro que se avecina: que la nota roja no sea el cuidado de todos los días, sino las cifras exhalantes que incluyen el bienestar real y tangible, aunque los sectores de la cultura hayan sido arteramente descuidados y las bolsas de trabajo disminuidas a cero, pero hay transporte gratuito para miles de personas, grandes obras fastuosas, la Feria Nacional potosina como escaparate gigantesco de la abulia y la abundancia, la deuda pública, el no me olvides porque siempre seremos muchos los muy agradecidos y los nunca y bien ponderados cada quien su vida y sus recursos.
San Luis Potosí tiene una fuerte carga histórica: cuando en 1990 fui aceptado como becario en el Archivo Histórico del Estado con mi proyecto DICCIONARIO BIBLIOGRÁFICO DE GOBERNADORES DE SAN LUIS POTOSÍ, pude entender desde cero el camino constitucional de la gleba potosina en pos de restaurar el orden, la paz, el progreso real, y no a una runfla de vividores que se aprovecharon de su paso por la silla y aparentaron ser reales y preocupantes, hoy, las riendas de la política interna las lleva el gobernador pero también su secretario general de gobierno y quien es quien media, transita, desglosa y opera-para bien o para lo deficiente, la ausencia de consensos, la apertura diamétrica y pragmática de los bajos y altos retos.
Estudiar la historia de los gobernadores potosinos es haber estudiado la historia nacional, por aquí pasaron los mas grandes bribones y héroes de la patria, Miguel Miramón y Talero, Antonio López de Santa Anna, Vidaurri, González Ortega y tantos que entregaron su labia, su ímpetu, sus pedacerías, como el cubano Anastasio Parrodi y que siendo gobernador potosino pavimentó media ciudad y trajo el agua desde la cañada de los lobos y que aun siguen aullando en las noches de luna llena.
(miles de fosas clandestinas, centros diabólicos de exterminio, prostitución a escalas enormes, trasiego de drogas y armas, el cruce de carreteras más deslumbrantes del continente, ( llegamos, el agua estaba estancada, olía fuerte en los basureros de la ignominia, mucho llanto y desesperación y las plazas vacías) la panamericana nacida desde el sur del continente y convirtiéndose en una diáspora precisamente en San Luis Potosí y como eje la emblemática figura de Benito Juárez, casi señalando los nuevos rumbos donde ha de andar el mundo a su manera)
In memorian Hernán Lara Zavala…broder!!