En este mismo espacio de opinión, hace unas semanas escribíamos sobre cómo el electorado ha ido cambiando su pensamiento y cómo aquellos actores políticos que, por el uso de alguna influencia, el vergonzoso intercambio de favores o por ser el amigo, compadre o familiar de “fulano de tal”, obtenían o mejor dicho agandallaban las candidaturas dentro de los distintos partidos políticos (cualquiera que sea), desplazando el verdadero trabajo de las bases y peor aún, rechazando cualquier posibilidad de acuerdo e inclusión a las diferentes expresiones; comentábamos en aquella ocasión que esos esplendidos candidatos al enfrentarse al electorado recibían un enorme rechazo y perdían la elección, por no ser legítimos, por no haber salido de un método por lo menos medianamente democrático o conciliador.
Al parecer y así como van los registros en la mayoría de los partidos políticos en Zacatecas, el electorado el próximo 6 de junio no se irá con el partido que más le convenza o con el que tenga más poder, sino con el candidato “menos peor” que le presenten en la boleta electoral. Este es un grave síntoma de lo obsoleta que está la clase política en nuestro Estado y refleja con claridad la urgencia que tenemos los Zacatecanos de que ya no sean los mismos de siempre los que definan la política en Zacatecas.
No hay ni a cuál irle. Los partidos políticos han dejado a la ciudadanía y a sus bases con muy pocas opciones para ejercer su voto el próximo 6 de junio. Los principales partidos políticos muy poco o nada escucharon a sus bases para definir sus candidaturas, para armar los ayuntamientos o para ser contemplados en algún espacio. Quienes fueron premiados con las definiciones, fueron los mismos de siempre de cada partido, los que dicen ostentar el poder, los que saben callar o “cuchupar”, los que servirán de títeres, etc. Esto, aunque es mucho más visible y lamentable en morena por ser el partido con expectativas de una nueva forma de hacer política, sucedió en el PRI y el PAN también, aunque ahí se vea como algo normal. El que no lo crea podrá revisar las listas y darse cuenta que los mismos grupos y familias que aparecen ahora, son las mismas de hace décadas.
No hay proyecto para Zacatecas y sus municipios. El hecho de existan imposiciones y que sigan siendo los mismo de siempre los agraciados por el dedo de los caciques partidarios, significa que nuestro Estado y sus municipios probablemente nunca han tenido un verdadero plan de desarrollo; no nos ha gobernado gente con visión de transformación o cambio, no han estado al frente de los gobiernos y las instituciones verdaderos líderes. Los que han accedido al poder, lo han hecho condicionados a quien los impone; lo han hecho para cuidarle espacio al que sigue, que seguramente será de su grupo o su familia; suben al poder sin siquiera saber para qué; están conscientes que su lealtad es a los que los imponen, antes que al pueblo.
Si no son libres de elegir su planilla no serán libres para gobernar. Se dice que hubo actores políticos que lograron la candidatura pero que no pudieron armar su planilla, es decir, se las condicionaron, se las impusieron. Cualquiera que sepa poquito de política podrá concluir que ese candidato o candidata será un títere de otros intereses menos de los de su municipio. Imagínese que cada centavo que se gaste para el municipio tenga que estar autorizado por quien tiene el poder detrás del ayuntamiento; imagínese quien verdaderamente va a elegir la constructora a la que le entregarían la obra pública del municipio. El electorado tiene que estar alerta para saber quién es quién y en automático rechazar esas planillas.
Tonto el que cree que la gente es tonta, decía nuestro Presidente de la República. Las cúpulas partidarias y sus caciques políticos siguen aferrándose a las nefastas y viejas prácticas políticas, están completamente embriagados de poder al querer imponer a puros incondicionales en las candidaturas y rechazar la voluntad popular. No se miden nada en sus prácticas impositivas, le apuestan a la disciplina de las bases partidarias y a la ignorancia del electorado. Afortunadamente en el 2018 la ciudadanía les dio una importante lección a los partidos políticos. Solo por poner un ejemplo, en Zacatecas, morena puso varios candidatos impresentables en los cargos locales, la ciudadanía le dio el incondicional respaldo a AMLO y diferenció su voto en lo local, no votó por los malos candidatos, aunque fueran de morena. Lo mismo pasará este 2021 con todos los partidos, el pueblo no se irá con la finta, revisará con lupa todas sus opciones electorales. La ciudadanía no es la misma de antes, los partidos políticos no les pueden presentar las mismas prácticas que antes.
La sociedad tiene que involucrarse aún más en la política, tiene que tomar el poder y el control de los partidos políticos, tiene que desplazar a los caciques de aquí y de allá, de lo contrario cada tres años tendremos una grotesca repartición del poder entre los mimos de siempre.