El cruel asesinato de una gatita de nombre Ginny ha despertado la indignación entre los habitantes de la cuarta sección de Colinas del Padre en la ciudad de Zacatecas, toda vez que, de acuerdo con la dueña, fue torturada y, además, abandonada fuera de su casa en una bolsa negra y con una nota escrita con letra infantil, al estilo de los carteles alusivos que deja el crimen organizado, con la leyenda “tenga su gato puta”, por lo que se comenzó a pedir justicia a través de redes sociales con el hashtag #justiciaparaginny y que se castigue a los culpables.
El hecho fue denunciado primeramente a la Policía Ambiental de la capital, que levantó el registro y la denuncia de la víctima. No obstante, preocupa el modus operandi de quienes lo hicieron, pues demás mascotas de los colonos corren el mismo riesgo de ser víctimas de estos “homicidas en potencia”.
Cabe recordar que en 2016, en la entonces Sexagésima Segunda Legislatura del estado, se aprobó la adición de un capítulo segundo del Código Penal de Zacatecas en lo que concierne a delitos cometidos por actos de maltrato o crueldad en contra de los animales, en el que se establece, sobre todo en su Artículo 394, que a todo aquel que cometa actos de maltrato o crueldad injustificada en contra de cualquier especie animal que no constituya plaga y le provoque la muerte, se le impondrá de uno a tres años de prisión y de 200 a 400 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), así como el aseguramiento de todos los animales que pudiera tener bajo su cuidado o resguardo.
Pero, además, en el caso en que el victimario haga uso de métodos que provoquen un grave sufrimiento al animal previo a su muerte, las penas aumentarán en una mitad, entendiéndose por estos métodos aquellos castigos que provoquen un gran sufrimiento, una muerte no inmediata y, por el contrario, prolonguen la agonía del animal, ya sea por lesiones en detrimento de su salud.
