Durante las próximas semanas se desarrollará, en todo el país, un ejercicio de presentación y debate sobre las propuestas programáticas que deben incluirse en la segunda etapa de la cuarta transformación. Ello es así por convocatoria del Consejo Nacional de Morena y, además, porque esto será un insumo fundamental para la elaboracion de la plataforma electoral, para el proceso electoral del 2024. Me parece muy importante este esfuerzo de promoción de la participación social y el contenido de esta columna tiene por objeto tratar un tema muy importante para los mexicanos en su conjunto, los que vivimos en el territorio nacional, y quienes viven en las fronteras.
En su edición del día 17 de mayo de 2021, el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto del Congreso de la Unión por el que se reformó la fracción II del inciso A) del artículo 30 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para establecer la obtención de la nacionalidad mexicana por nacimiento, de los hijos de padres mexicanos, de madre mexicana o de padre mexicano que nazcan en el extranjero, sin ser necesario que estos hayan nacido en territorio nacional, para que puedan ejercer su derecho a la identidad. Con esa reforma constitucional, se ampliaron los derechos de quienes, nacidos en el extranjero, se reconocen como mexicanos por sus raíces, costumbres, idioma y cultura. Esta disposición constitucional evita que cualquier descendiente de mexicano, ante los vaivenes de las políticas de otros países, se vea en algún momento privado del derecho humano a la identidad y a la nacionalidad.
Como consecuencia de esa reforma, la nación mexicana cuenta con 128 millones de personas en territorio nacional; 12.5 millones que nacieron en México y emigraron; 13.8 millones de hijos e hijas, y 12 millones de nietas y nietos. Somos más de 165 millones de personas que integramos a la gran nación mexicana transterritorial y ahora deben actualizarse diversas leyes secundarias para que nuestro gobierno tenga un mejor despliegue de sus capacidades en cumplimiento de sus responsabilidades frente al Siglo XXI, sostuvo la senadora Olga Sánchez Cordero, quien presentó la iniciativa.
De acuerdo con la senadora referida, ésta tiene los efectos de un mandato para que el Estado mexicano modifique su órden jurídico para integrar a connacionales de varias generaciones, nacidos en el exterior, con padres mexicanos que no nacieron en territorio nacional, ya que forman parte de “la gran nación mexicana transterritorial, y somos la unión de quienes estamos dentro y fuera del país”, afirmó. Por ello, desde mi punto de vista, la 4ª T debe asumir, con todas sus consecuencias, el hecho de que esta nueva era viene planteando los flujos migratorios más dinámicos en la historia de la humanidad, por los diversos medios disponibles para migrar en mayor cantidad y menor tiempo, y por la posibilidad de mantener o adaptar lazos culturales, familiares, idiosincráticos, económicos, políticos, además de que alrededor de un tercio de la población vive fuera del territorio.
La misma legisladora ha señalado que se requiere actualizar, por lo pronto seis leyes, para que las autoridades federales cumplan mejor con su responsabilidad de atender a esa población mexicana, así como detonar muchas oportunidades de desarrollo en este ámbito. La primera agrega una función de la Secretaría de Gobernación para promover o facilitar la documentación formal de la población mexicana en el extranjero y facilitar su movilidad desde o hacia México, así como impulsar medidas para prevenir la discriminación y promover valores de unidad nacional y diversidad cultural. Además, se agrega a la Secretaría de Educación Pública, la capacidad de avanzar en la homologación de las certificaciones escolares y adaptar las condiciones educativas al contexto cultural de las poblaciones mexicanas en retorno.
En la misma orientación, propone una disposición para que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social sea la entidad responsable de conducir programas que posibiliten la certificación de las habilidades y capacidades técnicas y profesionales de la población en retorno, mediante los acuerdos y coordinación necesaria con otras entidades gubernamentales y sociales. Asimismo, se propone que las cuentas nacionales y la información de interés del Estado deben incorporar, en sus estadísticas e indicadores, a la población mexicana en el exterior, para lo que propuso reformas en la Ley de Planeación.
En síntesis, el Congreso de la Unión debe reformar y adicionar diversas disposiciones contenidas en: Ley de Planeación, Ley General de Cultura y Derechos Culturales, Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, Ley del Servicio Exterior Mexicano y Ley General de Educación. Yo agregaría que la nueva étapa de la 4ª T debe agregar todas las iniciativas que tiendan a crear y fortalecer las relaciones entre todos los mexicanos de allá con los de acá, empezando por garantizar de inmediato su adecuada representación política en las instituciones representativas. La coalición que incluye a Morena, y los partidos verde y del trabajo, deben poner fin al gradualismo excesivo en esta materia. Asumamos que en nuestra democracia todos los votos deben tener el mismo valor.
