Ante la posibilidad de que la actual administración gubernamental reactive el proyecto de la presa Milpillas, ejidatarios que integran el Movimiento en Defensa del Territorio y del Río Atenco reafirmaron su postura de impedir la construcción de esta obra impulsada por “empresas y gobiernos corruptos”.
Este lunes, durante su participación en el foro “Extractivismo hídrico y resistencia social: el proyecto Presa Milpillas en cuestionamiento”, organizado por la Unidad Académica en Ciencia Política de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), el ejidatario Rafael Castro, de Jiménez del Teul, comentó que recientemente los visitó el gobernador para inaugurar carreteras, entre ellas, una que comunica a Atotonilco, donde se pretende construir la presa.
Al respecto, cuestionó por qué el gobernador le dio prioridad a esa carretera e indicó que “por ahí va el asunto y no en vano anda haciendo eso, no da paso sin huarache”, motivo por el que los habitantes están alerta a la reactivación del proyecto.
“Vamos a seguir en alerta y firmes y no nos dejaremos comprar porque ellos van a echar mano de sus artimañas como siempre lo han hecho: comprar gente, tratar de convencerlos principalmente con dinero, porque si a cada uno les dan un millón de pesos para irse a otro lado, eso no va a alcanzar ni para comprar una casa”, expresó.
Pantaleón Canales, del ejido Corrales, comentó que está en juego “un territorio que consideramos nuestro y no queremos que nos lo quiten, ¿quién nos lo va a quitar?, ¿el gobierno? No, el gobierno nada más es tapadera, como es tapadera también eso que dicen de que es para llevar agua a la población, cuando en realidad es para las empresas”.
Refirió que “estor señores se quieren apoderar del agua para dársela a las empresas. Sabemos claramente que quieren el agua. Ya se les acabó el agua de donde la extraían y ahora buscan en otros lados y ya quieren llevarse el agua de nosotros”.
También dijo que muchos ejidatarios votaron por Andrés Manuel López Obrador porque “tuvimos la confianza de que iba a estar con el pueblo, con los de abajo. Entonces esperamos que no nos atropelle porque estamos con él, pero que nos ayude con esto que quieren hacer con nosotros”.
El problema con la
presa Milpillas no
es el dinero, sino las
afectaciones sociales
y ambientales que
provocaría la obra
Canales concluyó que “estas comunidades de acá estamos en lucha y vamos a defender nuestra tierra, nuestra agua, nuestra fauna y nuestras familias porque vienen las nuevas generaciones y no les vamos a dejar deudas ni sequías. Estamos en la lucha para que ellos tengan lo que nosotros tuvimos: agua y libertad”.
Por su parte, Agustín Reyes, de Estancia de Guadalupe, comentó: “no queremos que se haga ese proyecto ya que sabemos todo lo que ocurre cuando hacen todos esos megaproyectos. Se termina la flora y la fauna, pero nos afecta a nosotros como seres humanos”.
“Nosotros no pedimos que vinieran a hacer ese proyecto. Nos encontramos en nuestros ejidos y estamos bien: tenemos nuestras casas, aquí tenemos nuestras raíces, aquí crecimos, aquí murieron nuestros padres y estamos viviendo en lo que ellos nos heredaron, pero no es posible que vengan los gobiernos y las compañías corruptas a beneficiarse de nuestros recursos”, agregó.
Ángel Rodríguez, también de Estancia de Guadalupe, afirmó que la presa de Milpillas es un negocio que beneficia sólo a las empresas, por lo que “a nosotros no nos conviene que vengan a perjudicarnos de ese modo. No está bien lo que andan haciendo, que le busquen por otro lado y que nos dejen tranquilos. Aquí estamos viviendo a gusto en nuestra tierra, sin problemas de nada, y eso nos quitaría todo”.
Los ejidatarios también se deslindaron de personajes como el senador José Narro Céspedes, puesto que él solamente se ha querido “colgar” del movimiento, pero su intención solamente ha sido renegociar el precio de la tierra.
Sin embargo, precisaron que el problema con la presa Milpillas no es el dinero, sino las afectaciones sociales y ambientales que provocaría la obra a las comunidades rurales de esa región.
Por último, mencionaron que en las comunidades hay quienes sí están de acuerdo con la presa, pero “son los que poseen un poco más de dinero, sabemos cuáles son sus intereses que son para seguir engordando sus bolsillos, mientras que a los que menos tenemos somos a los que nos van a afectar”.
