Nydia Castillo Pérez, investigadora de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacateca (BUAZ), presentó el libro “Desarrollo humano y cultura para la paz”, en el que plantea que, mientras prevalezca el neoliberalismo, el mercado y la globalización, no será posible mejorar las condiciones sociales.
La supremacía del neoliberalismo, el mercado y la globalización ha provocado altos niveles de pobreza en todo el mundo y “todos entramos a competir en un mundo en el que no somos iguales y no tenemos las mismas oportunidades”.
El discurso de que la globalización permitiría un desarrollo igualitario de todos los pueblos, no fue verdad y, por el contrario, la exclusión, la desigualdad, el racismo, el clasismo y la migración han aumentado.
“El mundo actual se torna cada día más elitista, explotador, excluyente, desigual y cruel, afectando los sectores más empobrecidos de los países en vías de desarrollo. Dejan regiones enteras explotadas y agotadas en sus recursos naturales por los grandes consorcios extranjeros y las élites que buscan más poder y riqueza”, expresó.
A ello se le agrega, expuso Castillo Pérez, el efecto de las guerras y la fabricación masiva de armas modernas que amplían el poder de unos y la miseria de otros, además de que deja grandes procesos inflacionarios como la que está alcanzando ahora a todo el mundo.
Recordó que la pobreza y la exclusión obliga a muchas personas a migrar a otras latitudes, huyendo de la muerte, la opresión y la hostilidad con la esperanza de vivir sin violencia, no sólo la de carácter militar, sino también de la misma pobreza de no tener lo necesario para satisfacer las necesidades vitales de sobrevivencia.
En ese contexto, manifestó que es necesario promover el desarrollo humano y una cultura de paz, para lo cual todos los ciudadanos den incidir activamente en acciones para que la miseria sea erradicada.
Para ello, dijo que es importante analizar en qué se basa el desarrollo humano y qué exige, porque el concepto no sólo refiere al crecimiento económico, sino también la distribución de la riqueza en todos los aspectos vitales.
De acuerdo con Castillo Pérez, “eso implica tener oportunidades para expresarse, para participar en la sociedad, para comprender la complejidad de las relaciones humanas de la misma política, y poder a través de ella hacer reclamos de su propio desarrollo y de los derechos humanos”.
Detalló que, en su libro, analiza cómo la pobreza quita oportunidades a los seres humanos y cómo no es la vida ni la libertad la que se defiende, sino la enajenación y y la pérdida de los derechos.
En algunos apartados de la obra, comentó que se explica y describe el malestar que existe en diversas comunidades y cómo ello ha creado confrontaciones entre los grupos sociales incluso en países desarrollados.
“Eso nos indica que las políticas públicas no han respondido a las necesidades de unos sectores y de otros. Debemos analizar todas las políticas públicas, pues tenemos Estados que han permanecido adormecidos o que no están presentes en la esfera de lo social”, agregó.
Castillo Pérez indicó que el discurso de la cultura de paz que se promueve no tiene sentido, porque no es posible alcanzarla si no hay satisfacción de las necesidades fundamentales de los seres humanos.
Desde su punto de vista, eso es ofensivo porque la cultura de paz debería asociarse a la capacidad de la sociedad para deliberar sobre la manera en que el Estado niega las posibilidades a los individuos para que se desarrollen de manera integral.
En ese sentido, comentó que en el libro se revisa cómo el salario se mantiene estancado en América Latina y cómo impacta en la exclusión de que son objetos diversos grupos y sectores sociales.
