11.8 C
Zacatecas
sábado, 12 octubre, 2024
spot_img

Hasta siempre, Presidente

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Ernesto González Romo •

El Presidente López Obrador es el personaje político más importante de las últimas décadas, odiado por muchos, satanizado por otros y referente de millones de personas. 

- Publicidad -

Muchos lo conocimos como personaje público durante el desafuero, ahí supimos que nació como líder social en las aguas de Tabasco, que se convirtió en un referente de la lucha democrática en los tiempos del fraude, la represión y la censura y que era un hombre acostumbrado a hablarle a un país profundamente racista y clasista sin renunciar a su acento sureño y sin esconder su origen humilde.

Al Presidente López Obrador lo seguimos muchísimos jóvenes convencidos de darle una sacudida al sistema político, a las instituciones y los grandes intereses económicos del país. Lo seguimos convencidos de que jamás lo dejarían llegar al poder, sabiendo que era imposible que cumpliera todas sus promesas y entendiendo que una transformación pacifica era un sueño lejano e imposible, pero lo acompañamos en ese mar de imposibles que se hicieron realidad.

Ganó la Presidencia, llegó al poder sin romper un solo vidrio y el Presidente de los pobres cumplió ese sueño colectivo de sacudir a las instituciones que nunca nos vieron y que nunca nos escucharon. Les arrebató el dinero y lo repartió en programas sociales, les remató ese avión ostentoso que tanto nos ofendía, detuvo el remate de la patria, obligó a los ricos a pagar impuestos y nos hizo sentir representados.

Evidentemente hay algunos pendientes importantes, nos falta un mejor sistema de salud, necesitamos mejorar en seguridad y nos sigue doliendo la impunidad en casos emblemáticos como Ayotzinapa, pero nadie puede negar que se bajaron los salarios de los altos funcionarios, que se aumentó el salario mínimo de los trabajadores, que se construyeron obras estratégicas, que los programas sociales fortalecieron la economía popular y el mercado interno, y que nuestro proyecto alternativo de nación desembocó en conceptos tan profundos como la “economía moral” o el “humanismo mexicano”

Sabemos que nadie es perfecto, que todo gobernante comete errores, pero nadie nos quita la satisfacción chaira, naca y mugrosa de observar a los hijos de Polanco marchando al plomo del sol, mientras el Poder los ignora desde un Palacio que solamente tiene ojos y oídos para los hijos del pueblo.

Evidentemente nos falta muchísimo para lograr el desarrollo pleno de nuestro país, pero nada ni nadie nos arrebata el placer que nos dieron los expresidentes sin pensión, los grandes empresarios sin privilegios fiscales y los ministros que imploran a grito abierto los derechos y la justicia que jamás le dieron a los humildes.

Entendemos que no ha sido un sexenio perfecto, nos duelen nuestros desaparecidos, nuestros muertos, sus familias, nos duelen aquellos que buscan una respuesta y no la encuentran, ellos también son pueblo y sabemos que nuestro movimiento está en deuda con ellos y así como soñamos con una revolución pacífica y la conseguimos, seguimos soñando con una paz que se construya con la justicia social como herramienta principal.

Somos afortunados, nos tocó caminar pueblo por pueblo con el líder más emblemático de nuestra época, nos tocó convertir aquello que parecía imposible en una realidad y en 6 años, logramos con satisfacción mucho de lo que añoramos y frente al ocaso de este sexenio de nacos, de corrientes, de olvidados, de marginados, de chairos y de soñadores, solamente nos queda decir: Hasta siempre, Presidente.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -