El acoso laboral, también conocido como hostigamiento laboral, mobbing o bullying laboral, es una de las formas más comunes de violencia en los lugares de trabajo, afectando a millones de trabajadores en todo el mundo. Este fenómeno no solo tiene consecuencias graves para las víctimas, sino que también afecta la productividad y el ambiente laboral de las organizaciones.
A nivel federal, al inicio de 2024, se ha registrado un aumento en las renuncias laborales debido a condiciones peligrosas, acoso y maternidad. Estos tres motivos representan el 36% de los 654 mil 852 casos de abandono de trabajo reportados entre enero y marzo de este año, lo que supone un incremento del 15% en comparación con el mismo periodo de 2023, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
En particular, las renuncias relacionadas con el deterioro de las condiciones laborales o los riesgos para la salud y la seguridad aumentaron, pasando del 15% al 17% del total de abandonos de empleo.
En el estado de Zacatecas, existe regulación ante esta problemática. Según el Protocolo para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar el Acoso y Hostigamiento Sexual y/o Laboral en la Administración Pública del Estado de Zacatecas, se definen diversas formas de violencia en el ámbito laboral. El acoso sexual implica un abuso de poder, sin necesidad de una relación jerárquica, y puede ocurrir entre servidores públicos o con particulares, tanto dentro como fuera del trabajo. El hostigamiento sexual, por su parte, se da cuando existe una relación de subordinación, y se expresa a través de conductas de connotación sexual que afectan a la víctima.
El acoso laboral se refiere a conductas repetidas que buscan intimidar o dañar emocionalmente a la víctima, afectando su bienestar físico y profesional. Este tipo de violencia puede ser horizontal, es decir, entre compañeros del mismo nivel, o vertical ascendente, cuando un subordinado acosa a un superior. Finalmente, el hostigamiento laboral implica el abuso de poder en una relación jerárquica, con el objetivo de perjudicar o controlar a la víctima dentro del entorno laboral.
A nivel federal, la Ley Federal del Trabajo establece principios generales relacionados con el respeto a la dignidad de los trabajadores, pero ha sido en los últimos años cuando se ha comenzado a poner mayor énfasis en la prevención del acoso laboral. A partir de la reforma de 2019, el gobierno mexicano implementó un Modelo de Protocolo para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia Laboral en los Centros de Trabajo, cuyo propósito es proporcionar un marco normativo claro para abordar esta problemática.
En su versión de 2020, el protocolo se volvió obligatorio e incluyó medidas para prevenir tanto el acoso como el hostigamiento sexual, además de fomentar una cultura organizacional más igualitaria y respetuosa.
Este protocolo también está diseñado para ser aplicado por todas las empresas y organizaciones en México, y tiene como objetivos principales la prevención de la violencia laboral, la atención de casos de acoso y la creación de un entorno laboral saludable que fomente la igualdad de género y la erradicación de conductas abusivas. Uno de los aspectos más relevantes del protocolo es que no solo protege a los trabajadores de una empresa en particular, sino también a otras personas que tengan un vínculo directo con la organización, como proveedores, contratistas o clientes.
El protocolo establece varios principios rectores fundamentales que buscan garantizar la protección y el bienestar de los trabajadores. Entre estos principios se encuentran la dignidad y defensa de la persona, que estipulan que todo trabajador tiene derecho a ser protegido contra cualquier acto que atente contra su dignidad.
Además, se destaca la importancia de crear un ambiente saludable y armonioso, donde los empleados puedan desarrollar su trabajo en un entorno seguro que favorezca su bienestar físico y emocional. También se promueve la igualdad de oportunidades, asegurando que todos los trabajadores sean tratados con respeto y tengan acceso a las mismas oportunidades laborales.
Otros principios importantes incluyen la confidencialidad en los procesos de denuncia, la debida diligencia en la atención de los casos y la prevención de la revictimización de las personas que sufren acoso.
Para las víctimas de acoso laboral, es fundamental buscar ayuda médica especializada para tratar los efectos tanto físicos como psicológicos derivados de la violencia sufrida. El impacto de este tipo de violencia no solo afecta el bienestar emocional y la salud mental, sino que también puede provocar problemas físicos, como estrés, ansiedad, trastornos del sueño e incluso enfermedades cardiovasculares. Un profesional médico puede proporcionar el apoyo necesario para mitigar estos efectos y ayudar a la víctima a recuperarse.
Al mismo tiempo, es esencial que la víctima recurra a los canales legales apropiados, tales como los representantes sindicales o el Comité de Seguridad y Salud de la empresa, para reportar el acoso y dar inicio a una investigación formal sobre los hechos. Estos organismos tienen la responsabilidad de asegurar que se tomen las medidas adecuadas y se protejan los derechos del trabajador.
Además, la recopilación de pruebas es un paso crucial en este proceso. Asegurar que haya un respaldo de pruebas sólidas es fundamental para que las denuncias sean tomadas en serio y se implementen medidas correctivas adecuadas para erradicar el acoso laboral y evitar que se repita en el futuro.
